Un regalo tan especial que no pudo ser empacado…
Trabajó todo el año para lograr comprar el regalo de su
hija.
Tuvo que sacrificar varias cositas que, de lo contrario, le
gustaría haber comprado. Todo para poder comprar el regalo de su hija, un
regalo más costoso que su sueldo le permitiría.
Un día, cerca de navidad, lo compró. Todo feliz, lo escondió
de la pequeña y lo puso debajo del árbol.
Entonces, algo más sucedió. Algo que partió el corazón de su
pequeña, justo en navidad.
Sin palabras, decidió dejar el caro regalo bajo del árbol, se
acercó a su dulce niña, se agachó y, aún en su ropa del trabajo, la abrazó. Fue
un abrazo largo y tantas palabras silenciosas fluyeran a través de la energía
de esos dos seres juntos, unidos por un lazo que a muchos sería incomprensible.
Amor… un amor único que no se compra en ninguna parte, que
no tiene cómo ser empacado.
Paz… con el abrazo, la pequeña se fue quedando tranquila,
sus ojitos pararon de llorar y se dejó llevar por esta experiencia única.
Felicidad… cada uno de estos seres sabía que el otro estaba
ahí, presente 100%.
Tantas ideas que no pudieron ser expresadas fluyeron durante
este tiempo.
Al final, se dio cuenta, mientras ponía la pequeña Rafaela a
dormir, que el regalo más valioso no era el del empaque, todavía bajo el árbol
de navidad, sino había sido el abrazo, su presencia en un momento como éste.
Lentamente apagó las luces de la habitación y cerró la
puerta, en plena satisfacción por haber podido cumplir ese día con una función superior
a la biológica.
Y tú, ¿ya preparaste este regalo que es tan valioso que no puede ser
empacado?
¡Feliz
Navidad!
Comentarios