Siendo líder de ti mismo

No hay fórmula para vencer un miedo; unos dirán que lo enfrentes, otros dirán que lo evites. Pero lo cierto es que una persona sin miedo – o sin muchos miedos – vive mejor y consecuentemente, vive mucho más. Sin embargo, hay algo que siempre podrá ayudar: el autoempoderamiento y el consecuente aumento de la autoestima. En la medida que te sientes fuerte, crees más en ti y te amas más, naturalmente disminuirás la percepción de temor. Si tengo algún tipo de miedo, el primer camino es fortalecerme – claro, dependiendo del tipo de miedo, habría varias formas de fortalecimiento, pero nos enfocaremos en el autoempoderamiento, que ayudará también en la autoestima. Medita a diario, principalmente al despertar. Estudia mucho sobre ti mism@, conociéndote mejor. Cuando sientas miedo, ten paciencia, concéntrate en el ser grandioso que eres y sigues tu camino. A veces, el miedo tiene una base justificada; en tal caso, busca ayuda para manejar la situación y encontrar una solución

Tanta gente está hablando hoy en resiliencia, una palabra que no hace mucho pensaba que no existía en nuestro idioma. Recuerdo incluso una conferencia dada por un amigo hace algunas décadas (oops…), donde mencionaba esta extraña palabra en inglés y nativos del idioma cuestionaron mi muy australiano amigo, diciendo que no era una palabra . En esencia, significa la resistencia de un material; si vas a construir, tendrás que conseguir un material resiliente según las condiciones del entorno. Ser una persona resiliente es estar hecho de un material que sea resistente a las condiciones de tu entorno: trabajo, medio ambiente, familia, relaciones, tráfico, problemas, crisis, etc. Todos somos resilientes, pero muchas veces nuestra resiliencia no es suficiente para manejar las situaciones presentes. En consecuencia, resistimos negativamente: luchamos, huimos o hacemos algo que no nos satisface, pero nos da la sensación de que no nos estamos dejando llevar por lo que está sucedie

En su libro,  Pensar rápido, pensar despacio [1] , Kahneman habla de la suerte, como lo que no se puede prever y que beneficia al asistente. Aunque menciona eso de forma ligera, la tiene en cuenta a la hora de elaborar sus teorías de lo que sucede en el mundo en general y la sociedad moderna. Pero… ¿es cierto? Realmente ¿entregamos nuestro destino a los vientos y corrientes de la vida, sin un control real? Eso es lo que significa suerte: no tengo control sobre la situación, pero todo me salió bien… La perspectiva espiritual dice algo distinto: tú tienes el control sobre todo lo que te pasa. Eso conlleva a un fuerte cambio de perspectivas… y si bien es cierto que no tienes control sobre lo que está fuera de ti, al experimentar autocontrol, una de las bases del autoliderazgo, naturalmente controlarás el efecto de esas situaciones y muchas de sus consecuencias. Si todo sale bien – suerte… – tienes la fantástica oportunidad de estar libre de preocupaciones más fuertes y as