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Mostrando las entradas de marzo, 2018

La importancia de trabajar

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Seguimos con nuestro trabajo sobre el ikigai . Trabajar, ¿castigo o recompensa? En varios textos se muestra el trabajo remunerado como algo duro y difícil, castigo por algún pecado cometido. Incluso en la mente popular, las personas más ricas suelen ser visualizadas como gente que disfruta mucho, se pasa de fiesta en fiesta y, obviamente, no trabaja… O si trabaja, hace algo leve, agradable e interesante, obviamente no lo que haces tú o yo… En otras palabras, trabajar no importa, lo que importa es el dinero o el confort físico. Sin embargo, todo ser humano tiene cuatro funciones básicas [1] y una de ellas corresponde a producir ; es decir, ser humano implica necesariamente trabajar. ¿Por qué esa sensación general de dificultad relacionada al trabajo? ¿Por qué disfrutar está asociado a no trabajar, o trabajar poco? El ikigai entrega una fabulosa respuesta: Tu trabajo solo te da satisfacción cuando además de ejercer tu profesión o carrera, estás haciendo algo que est

¿Qué necesita el mundo y por qué me debe importar?

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Empezamos a hablar sobre el ikigai en posts anteriores. Hoy exploraremos otra de sus dimensiones. Ikigai es sobre como restaurar el equilibrio y no hay dudas que el colectivo en el que vives depende mucho de ti para su armonía, siendo al mismo tiempo un factor fundamental para que te sientas en equilibrio. En un equilibrio normal o estático , es fácil darse cuenta cuando se pierde: en una balanza, un plato caerá al suelo, y en una gangorra, una persona estará en el piso, mientras la otra está arriba. Restaurar el equilibrio es agregarle más peso al otro plato de la balanza o que la persona en el suelo, en el juego de la gangorra, empuje con sus piernas, alzándose nuevamente. El equilibrio es dinámico cuando ocurre en movimiento: tu cuerpo que se mantiene respirando y con el corazón latiendo mientras lees este texto, tu mente que genera diversos pensamientos sobre temas diferentes y reacciona ante las situaciones que pasan, tu matrimonio, tu familia, tu trabajo, tu vid

Lo que amas...

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Empezamos a hablar sobre el ikigai en el post anterior. Hoy exploraremos una de sus dimensiones. Lo que amas es fruto de dos fuertes experiencias humanas: la pasión y la misión . No nos referimos a pasión desde el aspecto de amor carnal o apego, pero sí aquello que te motiva porque te sientes atraído, solo que es más que atracción: lo harías aun estando cansado, después de un difícil día de trabajo. Es común que pensemos en lo que amamos con conceptos o ideas, muchas veces de forma platónica. Sin embargo, cuando realmente hay pasión hacia algo, caminaremos el kilómetro extra, daremos la energía que no tenemos para que algo se realice… Sin embargo, no basta, pues al hacer eso, puedes estar incluso aumentando una obsesión personal. La misión funciona como un factor de equilibrio que le da a la pasión una razón de ser: no solo camino el kilómetro extra, sino que lo hago porque es parte de mi misión . Ikigai es sobre equilibrio dinámico y en este caso, la pasió

Redescubriéndome a mí mismo

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De tiempos en tiempos es hora de sentarse a explorar. De tiempos en tiempos es hora de viajar en una gran aventura, distinta a la del momento. Claro que es fantástico ir a lugares exóticos, explorar sitios diferentes y de difícil acceso, o el lugar de moda que todos hablan. Pero hay circuitos exploratorios que no implican moverse y aun así, estarás viajando, algo que sucede con la práctica de autodescubrimiento. Somos seres muy ricos, diversos y complejos, y por lo general solo utilizamos y vivimos un pedazo de lo que nos permite nuestro potencial; imagina que tienes un terreno de 300 hectáreas de tierra, pero solo usas 5… Para mí, utilizo una matriz de cuatro elementos que permite descubrirme y redescubrirme, constantemente enriqueciendo mi existencia. Aunque no sigas el mismo camino que yo, te puede ser útil conocerlos: Meditación (yoga, contemplación, reflexión profunda, etc.). Me hace sentir lo que realmente SOY, experimentar toda la dimensión de las 300 hectárea