De cambio a transformación, enfrentando la resistencia

Por definición, al entrar en un camino distinto de la mayoría de personas, la palabra cambio se convierte en lugar común, no es tan novedoso y así que pocos piensan sobre eso. En realidad se espera que haya cambios en la vida de alguien que pasa a hacer ejercicios diarios por estar en un camino de salud, trabajar y estudiar en un total de 15 horas diarias por estar en un camino de progreso financiero o meditar temprano en la mañana por estar en un camino espiritual.

El reto por lo tanto no es el cambio per se y la resistencia de otros: se espera y más o menos hay formas de la sociedad y comunidad reaccionar, de forma positiva o negativa, con páginas dedicadas en internet al tema y libros que abordan riegos y beneficios. Hay metodologías y profesiones que pueden ayudar con este tema.

¿Cuáles son los grandes retos relacionados a los cambios experimentados y su resistencia? Enfoco el tema con base en los cambios realizados en el camino espiritual.


El cambio permanente
Recuerdo cuando me volví vegetariano y fui apoyado por mi mamá… hasta que ella se dio cuenta que era en serio. El cambio permanente implica que el entorno de la persona tendrá que ajustarse a ese cambio.

Mientras sea temporal, o se considere momentáneo, gran parte de los amigos incluso felicitarán al cambiante por su coraje, pero cuando se dan cuenta que no es por unos meses, sino por toda la vida, la actitud de los demás cambia.

La única manera práctica con la que aquel que está en un camino espiritual puede afrontar esta resistencia es tener paciencia, ser lo más amoroso posible y, principalmente, no titubear y no volver atrás. Esto significa que, para realizar un cambio permanente en la vida, es fundamental una fuerte convicción y una base sólida en términos de conocimiento.

No solo se debe sentir que este es el camino, también se debe saber. Entramos entonces en otro reto…


El cambio profundo
Si el cambio permanente fuerza el entorno – familia, amigos, trabajo, comunidad – a también ajustarse a esta persona, ¿qué pasa cuando el cambio es profundo?

En geometría – mi punto débil en matemáticas – la profundidad es estudiada inicialmente como otra medida más que caracteriza un objeto. Esta medida hace que un círculo sea distinto a una esfera; mientras el primer solo se presenta en dos dimensiones, el segundo tiene también profundidad o altura. Traduciendo a la vida práctica, es interesante que no veamos tanto los círculos (solo en la pantalla del computador o en escritos). Todo lo contrario, siempre interactuamos con esferas.

El cambio tiene dos dimensiones básicas: forma y fondo. En el ejemplo de vegetarianismo, lo que las personas veían era que “como distinto” (forma) y lo que les decía es que “ya no como carne” (fondo).

Mientras se maneja el cambio en estas dos dimensiones, los problemas aparecerán una y otra vez, y no es extraño que después de un tiempo la persona vuelva a ser lo que era antes por no aguantar los ataques que vienen de la natural y normal resistencia causada al tratar de cambiar su propio entorno.

Pero hay otra dimensión que es más valiosa… Hay una dimensión del cambio que alivia las resistencias externas al dar al cambiante la fuerza para tolerarlas, adaptarse y eventualmente, superarlas; a su vez, le da al cambio una nueva forma: el círculo teórico se convierte en la práctica esfera.

Esta dimensión la llamo comprensión. Comprender es más que saber pues implica que junto con el conocimiento se tiene noción de consecuencias y contextos. En mi caso específico, las resistencias fueron al piso cuando concluí mi proceso de comprensión y el vegetarianismo pasó a ser parte de mi vida.

Cuando llegamos al cambio profundo, éste pasa a ser parte de la persona y es ahí que entramos al último reto…


El cambio que es transformación
Transformar significa lo mismo que metamorfosis: ir más allá de la forma. Es el estado final del cambio, cuando ya se comprendió el cambio en toda su fuerza y se cumple con el objetivo final. Lo que significa que todo cambio tiene un objetivo implícito.

He conocido a muchas personas que entraron al mismo camino espiritual que estoy, con Brahma Kumaris, o en otros caminos y es común ver que aunque cambian en algo, no saben realmente porqué.

Eso se debe principalmente al hecho de que no hay tanta reflexión. Muchos de los cambios son reacciones y aún algo tan drástico como cambiar la manera de comer, no es realizado con la debida meditación sobre el tema. Y eso es tan necesario…

Todo cambio nos transforma de a poco, pero en algún momento tendremos que enfrentar la realidad de que al final de la carretera del cambio ya no seremos los mismos. Realmente, ¿queremos eso? Para ser sincero, muy pocos lo quieren.

Ser diferente significa que tu mundo será distinto: tu familia, amigos y trabajo, todo será diferente, entonces hay que hacerlo de forma consciente.

Después de todo, ¿para qué cambiar si no se quiere transformar?


Conclusión
No temas el cambio. Abrázalo con la consciencia correcta. Reflexiona sobre por qué estás cambiando y maneja tu entorno de forma positiva, concretando ayuda y solidaridad a tu causa. Cuando sientas que el cambio es difícil, comprende lo que pasa, dale otra dimensión y nunca olvide el resultado final de tu cambio.

De esta manera, experimentarás la belleza y grandeza que viene con un cambio provocado por ti mismo, sabiendo manejar las resistencias, mientras llega el momento en que la transformación llega y el cambio deja de existir, solo quedando el ya transformado.


Marcelo Bulk es un meditador por más de 30 años, comprometido en un trabajo de cambio personal intenso. Es voluntario de Brahma Kumaris, operando principalmente desde Colombia y realizando diversas actividades en otros países. Profesionalmente, se desempeña como consultor, autor y coach. Tiene varias obras escritas y en formato de audio.


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