La cuerda floja de la vida

Un circo basa su éxito básicamente en tres cosas: hacer que el público experimente emociones distintas a la rutina, provocar en las personas la sensación de que son ellas que están en la pista y transportarlos a todos a un mundo distinto de lo normal.

Pero el circo nos puede enseñar muchas más cosas. Tomemos como ejemplo la cuerda floja, uno de los espectáculos más comunes.

Distinto a un cable tensionado, la cuerda floja es flexible, uniendo un punto de salida a uno de llegada. Por él, una persona debe pasar sin caer. Como medida de seguridad, a veces hay una malla o una cama elástica abajo; en algunos de los antiguos shows, una sombrilla era usada para aumentar la capacidad de equilibrio porque de esto se trata: equilibrio.

Hagamos un comparativo con la vida y ver cómo este arte circense nos enseña:

  • Tener una meta es fundamental. Hay que saber adónde se quiere ir. La vida no funciona muy bien si simplemente fluimos todo el tiempo...
  • Un solo camino. Entre innumerables opciones, hay que elegir la cuerda específica que te ayudará a cumplir con tu meta. Debe ser flexible para permitir que te muevas bien y crees tus propios pasos.
  • Hay que dejarse fluir. Al mismo tiempo que hay que tenerse una meta y un método, la rigidez no es una opción. La cuerda floja solo funcionará bien si te dejas fluir, si sabes llevarte por el camino, es el primer equilibrio que debes cultivar en tu vida.
  • La sombrilla. Para ayudarte a fluir bien, necesitas tener ideas elevadas, una mente liviana y disfrutar la vida bastante, es el segundo equilibrio que te ayudará a lograr la meta que no puede ser evitada porque es tu razón de ser.
  • La cama elástica. En el proceso humano de mejorar y transformarse, es clave tener un "seguro" en la vida. Es un puerto seguro en tu existencia que te animará a seguir y que sabes que puedes usar en situaciones desesperadas.


La vida es un circo para divertirse y aprender mucho.


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