El mundo en mi mente

En algún momento, empecé a notar extraños comportamientos en personas con las que convivía, trabajaba o simplemente veía de forma regular. De tomar dos horas para todos los días limpiar una pequeña cocina a creer que alguien está envenenando su comida, estos comportamientos me causaban molestia, perturbaban la forma natural de hacer las cosas y generaba gran estrés. Afortunadamente, la espiritualidad me ayudó a manejar estas situaciones, pero he observado que no disminuye el número de personas cuyo mundo en su mente es bastante distinto al mío.

Y no solamente porque somos distintos como seres humanos: la Organización Mundial de la Salud calcula que 350 millones de personas en el mundo sufren de depresión, tal vez la más común de las enfermedades que lo que hacen es tergiversar el mundo interior que todos tenemos.

Este mundo interno tiene dos dimensiones básicas.

  • El centro del ser. Es decir, el mundo de nuestras cualidades y potenciales, de nuestros pensamientos e ideas. Es el mundo creativo que nos ayuda a superar o al menos enfrentar las situaciones que van apareciendo en el mundo externo.
  • El espejo. Reflejamos el mundo exterior. Es el lugar donde analizamos, evaluamos y consideramos lo que pasa afuera. Por ejemplo, mientras para algunas personas la lluvia puede ser algo malo, para otras puede ser fuente de placer, pues este mundo interno es como un espejo distinto para cada persona de lo que pasa en el entorno.


Lo que aprendí es que cada una de estas personas no tiene realmente una enfermedad mental. Sin ser médico o científico en el tema, veo que lo que tienen es algo físico, son químicos que no llegan adecuadamente o sus cerebros no son capaces de procesar lo que pasa afuera. Debido a esto, el "espejo" que todos tenemos no refleja la realidad subjetiva propia de un ser humano, sino algo desconectado. En el caso de la lluvia, una persona así podría identificar que es una señal de un dios o que los norteamericanos están provocando la lluvia para inundar sus ciudades.

La dificultad que tengo para manejar una relación con alguien en esta circunstancia de salud es que no soy capaz de sintonizar mi espejo con el de ella - esta es la esencia de cualquier relación humana: sintonizamos nuestros espejos interiores.

Hace poco tuve un reto interesante. Mientras daba una clase, una persona empezó a hablar. Inicialmente con ella misma - riéndose, haciendo gestos... Después, llamando la atención de otras, hasta un punto en que hablaba más fuerte que yo mismo. Al pedirle silencio, su reacción fue totalmente negativa, insultándome abiertamente. Me quedé pensando qué hacer - al día siguiente, nuevamente les daría clase y de nuevo esa persona reaccionaría así.

Los próximos dos días, permanecí en silencio, escuchando las clases de otras personas. Creo que eso restauró algo... es como si eso le diera el tiempo de reajustar su espejo interno para que cuando nuevamente yo fuera a dar la clase, la perturbación de ella fue mínima.

Lo que hice también reajustó mi propio espejo interior, ya que reconocí que no era algo voluntario de ella, no dependía de su decisión consciente como actuar.

Tal vez esté aprendiendo a manejar este tipo de persona. Muchos dicen que los problemas con el cerebro están en aumento en el mundo, diversificándose y tomando cuenta de nuestra sociedad. Es un reto de todos nosotros.

Si tú sientes que a veces tu espejo interno refleja un mundo demasiado distinto a tus amigos y parientes, es conveniente que busques ayuda de alguien.

Si tú sientes que no logras sintonizarte con el espejo de otra persona, cuyo reflejo es demasiado distinto al tuyo, quizá no la pueda ayudar verbalmente, pero al menos puedes desear lo mejor a este ser humano. Tal vez no puedas conversar con palabras, pero siempre podrás conversar con tu mente, mandando vibraciones de paz y poder.

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