El impacto de una nueva percepción


Como brasileño típico de clase media, nunca tuve rechazo por Estados Unidos, pero tampoco amor profundo - el sueño clásico de mi generación iba más a Londres que New York. Estados Unidos para mí era la hamburguesa y la papa frita, el MacDonalds y la coca-cola, el dolar y el sueño americano de tener casa, carro y trabajo. Creo que me equivoqué.
Aunque he ido a Estados Unidos muchas veces, nunca había realmente viajado por esas tierras. Mis idas a Miami se restringieron a poquísimas horas y a New York, a una cuadra. Y, claro, Peace Village, un pedazo del paraíso ubicado en el estado de New York, pero lejos de todo lo que se llama Estados Unidos.
¿Qué son los Estados Unidos? En realidad, no es una pregunta que me había hecho. Creo que todavía no tengo una respuestapero fue interesante intercambiar ideas, conversar, charlar, observar y experimentar ese lugar. Descubrí que, como cualquier lugar del mundo, Estados Unidos no son una sola cosa, sino muchas.
Es un collage de experiencias y percepciones, sueños y decepciones, grandeza y decadencia, todo en un solo lugar. Como tu país, mi país y el mundo entero.
Me sorprendí con una atención y afabilidad que no esperaba - me sorprendió más que la invasión de IPhones (Blackberry, ¿dónde estás?) y Macintosh, los pobres en la calle y el desempleo masivo que me hizo pensar en la sabiduría de los que salen de Latinoamérica buscando trabajo allá, donde poco hay.
Me sorprendí en conocer su interés por la naturaleza, por Muir Woods donde el agua es tan cristalina y tan cercana a una ciudad grande, o Whole Food, el hipermercado de comidas orgánicas. Dos amigos me decían de como las personas imitan o rechazan lo peor de Estados Unidos, ignorando lo mejor - y, bueno, lo que ví fue eso, lo mejor.
Me sorprendí por su paciencia con mi mal inglés y por reírse de lo que hablaba (y no porque no hablaba bien, sino porque entendían mis pobres chistes). Me sentí muy cómodo, muy "en casa", incluso en el asombroso tráfico de Los Angeles - no me puedo quejar, realmente no lo experimenté...
Sabe, una y otra vez, la vida me da oportunidades para que mi percepción sea retada. Y cambiada.
Entonces, ¿por qué no haces el ejercicio de, en vez de mirar lo que no te gusta donde vives, encontrar lo que es bueno y valioso? Está ahí, apuesto que está, justo a tu lado o delante de tus ojos.
¡Un feliz día!
P.D. 1 Ya estoy en Bogotá, pero el viernes viajo en un experimento interesante de transferirme por 3 meses a Medellín.
P.D. 2 SORRY por no haber actualizado el blog, pero ya lo hice, pronto continuaré con el tema de autoprogreso.

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