Entre la espiritualidad y el pragmatismo, ¿qué nos motiva realmente?
Algunas personas dicen que están motivadas por sus ideales
espirituales: valores, significado, propósito.
Otros dicen que lo que los impulsa es mucho más práctico: dinero,
estabilidad, reconocimiento.
Tal vez eso depende de la generación. Un grupo creció enfocándose
en lo que era tangible y seguro, mientras que otro buscó algo más profundo,
algo que hablara a su alma. Por supuesto, no podemos generalizar, pero es
interesante ver cómo ambos enfoques afectan la motivación.
He visto ambos lados...
Un amigo mío estaba profundamente comprometido con su camino
espiritual... hasta que consiguió un excelente trabajo. Solía casi despreciar
el dinero, pero de repente ganaba bien, trabajaba menos horas y disfrutaba de
la vida. Gradualmente, su práctica espiritual se desvaneció. Dejó de meditar,
dejó de reflexionar. Solo mucho más tarde, después de darse cuenta de lo que
había perdido, regresó a su camino interior, aunque esta vez de una manera
diferente.
Otro amigo, de Colombia, fue todo lo contrario. Era una persona
muy pragmática, técnica, eficiente y apasionada por su trabajo. Realmente
estaba cambiando vidas. Pero se volvió demasiado. Era tan bueno que no
podía parar. No usábamos la palabra agotamiento en ese entonces, pero
eso es exactamente lo que sucedió. Cuando lo volví a encontrar, en la fila de
inmigración de un aeropuerto, de todos los lugares, estaba completamente
agotado. Finalmente, lo dejó todo y se fue a vivir a las montañas, cultivando
verduras orgánicas durante años.
Y hay un tercer amigo que una vez dejó su trabajo corporativo para
seguir una vida espiritual y sus sueños. Al principio, fue maravilloso,
pacífico, inspirador, pero luego se dio cuenta de que era muy difícil vivir de
conciertos ocasionales. La compañía que había dejado aún tenía sus puertas
abiertas, y después de hablar con un maestro sabio, decidió regresar. Esta vez,
regresó con una nueva conciencia, usando su posición no solo por dinero, sino
como una forma de seguir creciendo y ayudar a los demás. Lo conocí durante esa
fase, y rara vez he visto a alguien tan equilibrado, tan genuinamente feliz.
Tal vez ese sea el verdadero secreto de la motivación: vivir de
una manera espiritual, de una manera significativa y una mente que sepa cómo
mantenerse con los pies en la tierra. Espiritualidad con sentido común: esa es
una combinación que realmente funciona.
Esta es una publicación de una serie sobre la motivación,
comenzando desde adentro.
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