Desarrollando un ritual de comunicación

¿Qué es un ritual de comunicación?

Te cuento: tengo un amigo con quien es casi imposible de comunicarse. Así que desarrollé una rutina especial para poder conversar con él y fue tan exitosa que muchas personas me pedían a mi ayuda para poder hablarle:

• Le mandaba un email.
• Le ponía un WhatsApp.
• Le escribía a un asistente que tiene para que me ayudara a hablar con él.

¡Y funcionó por años! Noté entonces que con todos tenemos nuestras rutinas de comunicación, pero cuando esta rutina se vuelve algo frecuente e integral a la acción, podríamos llamar un ritual.

¿Por qué llamarse ritual? Porque gran parte de esa rutina es en realidad simbólica. Por ejemplo, cuando le mandaba emails a mi amigo, yo sabía que él no iba a responder, probablemente ni siquiera los leía… Igual, le mandaba. Extraño que cuando no lo hacía, por alguna razón, el ritual tampoco arrojaba resultados adecuados…

En realidad, la comunicación empieza en la mente y como ves la otra persona internamente, eso influirá de forma definitiva en la forma que el@ otr@ recibe tu mensaje, así como su respuesta.

En algún momento, el ritual falló y fue bien dramático, me sentí como si estuviera en un torbellino emocional sin solución. El puente entre nosotros se había derrumbado...

Creo en la sanación de las relaciones y en la comunicación como el ingrediente fundamental. Así que decidí a trabajar internamente, a cambiar mi mirada hacia esta persona y mi forma de relacionarme con él. Al mismo tiempo, de forma racional, visualicé una serie de escenarios de qué pasaría cuando nos encontráramos físicamente (¡ah, viejos tiempos antes de la cuarentena!).

Cuando finalmente nos vimos, algo mágico pasó y el escenario menos probable – pero mi preferido – acabó tomando lugar y atribuyo a mi esfuerzo personal al menos parte de este éxito.

Descubrí que igual que sucede en los rituales físicos, en un ritual de comunicación, llega un momento en que hay que volver a sí mism@ y trabajar desde adentro. Hay que romper los viejos hábitos y dioses, y abrazar una nueva realidad. Y fortalecer el puente…