La contemplación para sanar heridas internas
Cuando nos lastimamos, las heridas surgen y
nos dedicamos a sanarlas. La sanación significa volver el área del cuerpo a su
estado original.
Sin embargo, lo que pocos entienden es que
la herida es en sí mismo el comienzo de la sanación: es la respuesta del cuerpo
a algo que no está bien y el comienzo de la solución. El problema no es por lo
tanto la herida, sino el sistema inmunológico – si éste no funciona
apropiadamente, es probable que la herida se infecte o que la solución
propuesta por el cuerpo acabe siendo peor que el problema.

Contemplar implica en primer lugar buscar
el silencio interno. Claro que ayuda preparar primero el silencio externo, pero
el esfuerzo es interior. Es callar la mente de pensamientos negativos e inútiles,
llenándola con sensaciones positivas.
Es ir más allá de la problemática,
enfocándose más bien en la visualización y experimentación del estado sano y
pleno del alma.
Contemplar sana el ser… Experimenta, temprano
en la mañana, en un sitio tranquilo y silencioso, y verás que las heridas que
tienes se cicatrizarán y en un momento, te sentirás con tu salud interior
recuperada.
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