Manejo de las enfermedades

Una de las grandes paradojas de nuestra civilización es el enorme avance realizado por ciencia médica y, al mismo, tiempo, como no somos capaces de curar el más sencillo resfrío. Peor aún, más enfermedades han aparecido y otras, que pensábamos que habían sido conquistadas, han regresado.

¡Peor aún! Las enfermedades mentales hoy están por todas partes, afectando la vida de personas, familias y organizaciones.

¿Qué hacer? Resignarse y sufrir es una opción, quejándose eternamente de las enfermedades, a veces acompañado de innumerables medicinas.

Otra opción viene de un amigo, el Dr. Roger Cole. Cursó medicina y terminó como oncólogo, pero pronto pasó a trabajar con cuidados paliativos, donde recibe personas que ya fueron desahuciadas. Su meta es darles la mejor calidad de vida posible, por el tiempo que queden, y va más allá del mero trabajo de medicina, entregando optimismo y amor en la práctica. En su libro, obligatorio de leer, Misión de Amor, Roger entrega muchos casos de personas que tuvieron que aprender a manejar lo que no se puede manejar.

Manejar la enfermedad no siempre es curarla. Es saber vivir con ella y muchas veces ella será como el perro del vecino que ladra cuando quiere y no tienes como controlarlo, mientras que otras veces será como una montaña que debes subir y al llegar a su final, terminó la prueba. Sea como sea, manejar la enfermedad es ante todo mantenerse feliz, tranquilo y lleno de amor hacia los demás.

El miedo a la muerte es un obstáculo. Desde luego, no es bueno morir cuando no es el momento y sin duda en un mundo perfecto, la muerte viene cuando ya concluimos nuestro viaje en este cuerpo. Pero, si viene, que venga y que me lleve con buen humor. Hace poco en la India, BK Nirwair, quien ya ha visto la muerte de muy cerca, comentaba sobre un increíble poema de Tagore, en su obra clásica Gitanjali. Es probablemente la manera más realista y positiva de ver la muerte, liberarse de este miedo y sentirse pleno, no importa la enfermad.

El día en que la muerte golpee a su puerta, ¿qué le ofrecerá usted?
Oh, le entregaré a mi invitado el cáliz lleno de mi vida.
Jamás lo dejaré ir con sus manos vacías.
Toda la dulzura del vino de mis días completos de otoño y las noches de verano, todas las ganancias y cosechas de mi ajetreada vida, lo pondré delante de él al final de mis días, cuando la muerte llamara a mi puerta.

On the day when death will knock at thy door what wilt thou offer to him?
Oh, I will set before my guest the full vessel of my life---I will never let him go with empty hands.
All the sweet vintage of all my autumn days and summer nights, all the earnings and gleanings of my busy life will I place before him at the close of my days when death will knock at my door.

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