Controlando tu mente, controla tu destino

Control mental era un término que se usaba con bastante frecuencia en ciertos niveles no hace mucho tiempo; de hecho, ¡incluso había un curso (muy caro) dedicado a enseñar a la gente cómo controlar su mente!

Primero, entendamos la mente. Desde una perspectiva espiritual, la mente es una parte del ser responsable de generar ideas, pensamientos y sentimientos, emociones y sensaciones.

La mente es considerada por muchos como un caballo loco, sin medios para frenarlo o detenerlo. Otros aprecian el poder de la mente, generando, bueno, ¡todo lo que vemos a nuestro alrededor! Excepto la naturaleza, por supuesto.

Entonces, ¿cómo controlar REALMENTE la mente? Probablemente esa sea la palabra equivocada; en lugar de CONTROLAR, necesitamos manejarla o gestionarla.

Hay dos maneras de lograrlo. La primera forma es buscar silenciar la mente, totalmente. Aunque eso no es posible, es el objetivo de muchas prácticas espirituales, incluyendo ciertos tipos de meditación. Como aclaración, no es posible porque siempre hay un ruido blanco en la mente, sonido o imagen.

Sin embargo, con una meditación adecuada, como la Meditación Raja Yoga, puedes llegar a un punto en el que tus pensamientos - voz, imágenes - sean reemplazados por sentimientos y será casi como si hubiera un silencio total. En ese caso, la mente estará bajo control y cualquier experiencia que se desee, es posible obtenerla, especialmente si es positiva y poderosa.

¿Y qué pasa con el manejo de la mente cuando las cosas van mal o bajo presión? Será mucho más difícil, pero es factible hacerlo cuando las cosas están tranquilas; en las prácticas de muchas personas, la meditación se realiza en la madrugada, por lo que hay silencio a su alrededor.

Una consecuencia final de esa gestión positiva es un mejor control sobre la propia vida. Al fin y al cabo, lo que hacemos es un fruto directo de nuestros pensamientos; al gestionar su creación, manejaremos nuestra propia vida.




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los vicios del alma

Todo lo que deseas está al otro lado del miedo

Como evitar las trampas del ego