Contar con alguien

En un mundo en el que la tendencia es estar sol@, es bueno recordarles a todos la dulzura de tener a otra persona a tu lado y quiero compartir dos historias al respecto.

Muchas veces me he alojado en el departamento de un amigo en Mumbai, India, y recuerdo cuando su padre se hospedaba con él; ya anciano y sin deberes en la casa, la pareja se ocupaba de sus necesidades. De hecho, su esposa, médica como él, dejó su trabajo para ayudar en el cuidado de su suegro. Nunca cuestionaría su cultura y esa dedicación a los ancianos, pero el hecho de que ella dejó su trabajo… Eventualmente, su suegro falleció; la próxima vez que fui a quedarme con ellos, sucedió algo mágico. Primero, noté una vibración diferente en su lugar y luego escuché la noticia de que consiguió un nuevo trabajo: esta vez, trabajaba como decana en una facultad de medicina para mujeres. Al cuidar a ese anciano se enriqueció, la magia de tener a alguien cerca o, en su caso, ser la que los demás tienen alrededor.

Aunque soy soltero, he estado viviendo en una comunidad durante muchos años. La dinámica es muy diferente a una familia, pero hay una energía especial de cooperación más allá de nuestras propias limitaciones. Esta vez, me ha tocado a mí sentir el enriquecimiento de otros puntos de vista, la oportunidad de ayudar a otros a cambiar sus puntos de vista y comprender que a veces se necesita tiempo para combinar diferentes puntos de vista. Un ejemplo interesante es la comida, por cierto, vienen de un trasfondo cultural diferente y lo que es delicioso para ellos, para mí es… ok… Mi principal contribución fue introducir la PIZZA en ocasiones especiales y un día quedé asombrado al saber que alguien sabía prepararla mejor que yo. También me enriquecieron de muchas maneras...

¿Te das cuenta de lo ric@ que te estás volviendo al contar con los demás?

¿Sabes lo rico que se están volviendo otros porque pueden contar contigo?




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los vicios del alma

Todo lo que deseas está al otro lado del miedo

Como evitar las trampas del ego