Prosperidad y paz


Creo que es intuitivo vincular la prosperidad y la paz, después de todo, cuanto más próspero sea un lugar, más pacífico será. Me pregunto si lo mismo es cierto para las personas...

En los últimos años han surgido noticias de gente muy próspera que por una u otra razón estaría sufriendo, llegando incluso al extremo del suicidio.

Es cierto que no hay demasiadas noticias para llegar a la conclusión de que el dinero no trae la felicidad… ni la paz. Sin embargo, si conoces a alguien que es realmente próspero en términos de riqueza, probablemente sepas que esa persona tiene muchos problemas y enfrenta muchas crisis. La preocupación y la ansiedad es un rastro común asociado a la prosperidad.

Tal vez tengamos que mirar hacia la prosperidad más allá del dinero o la riqueza material. Cuando miramos a un país muy próspero, además de su riqueza material, hay una riqueza inmaterial: su cultura, sus valores, sus lugares turísticos y muchas cosas más.

De la misma manera, además de la riqueza, cada persona tiene un gran tesoro de cualidades, poderes internos y talentos. Cuando esas personas se unen a otras, ese tesoro se replica de manera infinita.

De hecho, mirando hacia atrás a países que no tenían una riqueza material hace algún tiempo, como India o China, al invertir su energía en su riqueza inmaterial, hoy en día se consideran países prósperos... Entonces, si una persona no tiene riqueza material, pero está conectada con la riqueza inmaterial, entonces es, sin sombra de duda, muy, muy próspera.

Ahora, debido a que su enfoque está en la parte intangible, la PAZ se desarrollará ya que también está allí.

Por lo tanto, si sientes que no estás experimentando paz, trabaja para reconocer tu propia prosperidad. La paz llegará.

Si no te sientes tan prósper@, pasea por tu riqueza interior de vez en cuando y conéctate con tu paz interior. Vendrá la prosperidad.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los vicios del alma

Todo lo que deseas está al otro lado del miedo

Como evitar las trampas del ego