Un nuevo mundo comienza con tu mente

Demasiada gente promete una nueva ciudad, un nuevo país, una nueva forma de hacer las cosas, un nuevo negocio, un nuevo hombre o mujer…

Pero, ya sabes, todo lo nuevo comienza con una mente nueva. Por ejemplo, digamos que queremos un mundo nuevo (lo queremos, ¿no?):

  1. Siembra las semillas de un mundo nuevo. Vienen de lo mejor de ti: de tu coraje, honestidad y amor, de la dulzura con la que tratas a los demás y de las intenciones puras que tienes cuando estás trabajando. Deja que todo eso inunde tu mente con buenos pensamientos y maravillosos sentimientos.
  2. Ah, antes de eso... ara un poco tu mente. Desafortunadamente, estamos tan absortos en un mundo con tantos problemas que la idea de un mundo totalmente nuevo en el que esos problemas se solucionen, sean fáciles de resolver o simplemente no existan es una locura… Y sin embargo… eso es parte del juego de pensar en un mundo nuevo. Comienza a leer más sobre un mundo nuevo y habla con otras personas; Despierta esas locas ideas de que un mundo mejor ¡ES REALMENTE POSIBLE!
  3. Cuida esos pensamientos. La mejor manera de crear un mundo nuevo es desde un nuevo ser; así que, empieza a cambiar pequeñas cosas aquí y allá, mejora tus hábitos y tu calidad de vida. El otro día, estaba viendo un video que mostraba cómo un hombre se mudó de una ciudad llena de gente para darle una mejor calidad a su perro. ¿Por qué no hacemos algo similar a nosotros mismos?
  4. Riégala a diario y ¡cuidado con los pájaros! Necesitas crear un nuevo pensamiento cada día para un mundo nuevo; por ejemplo, un día puedes pensar en cómo será la economía y otro día, cómo será la política allí. Pero, ya conoces a los pájaros, les encanta comer hojas verdes frescas… en tu caso, tus mejores amigos, tu mamá y tu papá, tus hijos, y por supuesto, tu jefe y tu suegra probarán y pelearán tus nuevas ideas… Entonces, prepárate para tener buenos argumentos y tal vez, animarlos a pensar en un nuevo mundo también, ¿por qué no?
  5. La cosecha va a tardar. Un nuevo mundo comienza en tu mente y con tu mente, pero toma tiempo volverse realidad. Aun así, créeme, algún día llegará… solo ten paciencia y sigue cultivándolo. ¡Un día, el nuevo mundo florecerá para ti!



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