Víctimas involuntarias


Cualquier crisis genera víctimas, no necesariamente en el sentido real, pero ella existe para eliminar parte de la estructura que has creado.

Aunque la víctima a menudo se relaciona con la crisis misma, algunos de los que la sufren no son parte directa de ella. Familiares, amigos, compañeros de trabajo e incluso vecinos también pasan por un camino difícil; y sí, generado por ti.

Para ser más preciso, es generado por tu forma de lidiar con la crisis. No son víctimas directas y, muchas veces, no tienen idea de por qué están en ese tipo de angustia. ¿Por qué es así?

La crisis hace surgir la experiencia de muchas emociones diferentes y es bastante normal que entres en una especie de huracán emocional. Por lo tanto, es posible que también arrastres a otros al mismo torbellino.

Por otro lado, existe el síndrome del héroe; muchas personas actúan de tal manera que los problemas que atraviesan no son nada. Simplemente los descartan, pero por dentro están ardiendo y eventualmente pueden explotar. Una razón común es que no quieren lastimar a otros... y, sin embargo, lo hacen, porque al protegerlos pueden lastimarse a sí mismos. En consecuencia, aquellos que los aman se lastimarán cuando se den cuenta.

Hay algunos tips que puedes seguir de tal manera que no te lastimes, ni lastimes a otros durante los períodos de crisis:
  1. Un post reciente que se está compartiendo por las redes expresa que cualquier crisis tiene 3 elementos: una fecha de vencimiento, una enseñanza y, por supuesto, siempre una solución. Si bien es posible que no conozcas la fecha de caducidad, puedes comenzar a reflexionar y reconocer sus enseñanzas.
  2. En la medida en que te concentres en la solución en lugar del problema esto te ayudará a mantener tus emociones en un estado equilibrado.
  3. No niegues los problemas y no temas llamarlos por su nombre. Una parte de ti lo sabe y no será bueno para ti mismo disminuir la situación que estás viviendo.
  4. Aprenda a hablar sobre tus problemas con personas empáticas y que puedan contribuir con soluciones prácticas o brindarte algún tipo de apoyo.
  5. Cada vez que sientas fuertes emociones, simplemente tómate un tiempo y sal de tu entorno actual. Relájate un poco, empodérate tal vez meditando y luego regresa.
  6. No escondas tus sentimientos y emociones... Habla sobre ellos de una manera que sea abierta y cómoda para ti, y obtén toda la ayuda que puedas.
  7. Si dejas que se abra la puerta de las emociones y ellas salen con una destructiva fuerza, después de que ocurra, verifica qué sucedió y si alguien resultó herido. Es bueno mantener un diálogo con tus seres queridos después de tal episodio, y el perdón puede ser parte de ello.
  8. Medita... Medita particularmente cuando la crisis no te esté afectando tan fuertemente. Hay un estado llamado Observador Desapegado; es valioso y puede ayudarte a encontrar la paz y la calma en medio de las adversidades. Eso impactará a otros positivamente.


Este post es parte de una serie de publicaciones sobre autocuidado.

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