Tú eres un faro para el mundo

La meditación es una actividad muy creativa. La que practico, la meditación Raja Yoga de Brahma Kumaris, nos incentiva a experimentar distintos estados espirituales.

Uno de ellos es el de un faro y quiero invitarte a experimentar este estado. En primer lugar, déjame describirlo.
  • Normalmente está ubicado en un punto estratégico, más alto y visible a una distancia. Como un faro, el ser se coloca espiritualmente en una posición especial, elevando su mente más allá de las influencias mundanas.
  • El faro es una torre o casa MUY OSCURA, de forma que solo su luz sea visible. La forma corpórea se vuelve incógnita y el ser se enfoca en la luz que es.
  • Para efecto de sus deberes, el faro contiene lámparas o focos suficientes para iluminar lo máximo posible alrededor de sí. El ser entra en un estado espiritual que le permite esparcir su energía a toda vuelta.
  • ¿Para qué un faro? Por un lado, para mostrar a los barcos adonde deben dirigirse... El yoga del ser, es decir, su poder de concentración y silencio, se enfoca tanto que indica a otros, de forma sutil, el estado al cual pueden llegar.
  • Por otro lado, el faro guía a los barcos, protegiéndolos de rocas y otros peligros. A través de esta meditación, mandamos una energía de protección que ilumina a los demás.
  • Por último, debido al servicio que realiza el faro, es posible que tenga dos fuentes de energía: cables conectados a un generador externo y un generador interno de emergencia. Yo, el ser, tengo dos fuentes de energía: una energía superior como Dios y mi propia energía que son mis poderes espirituales, valores y virtudes.


¿Cómo se logra este estado?
  1. Busca un momento y un lugar donde estés tranquilo y no tengas otras tareas que realizar.
  2. Una música suave, música suave o natural y una postura erecta pero cómoda, son factores que pueden facilitar la práctica.
  3. Empieza pensando yo soy un ser de paz, yo soy un ser de luz. Desarrolla un diálogo interior sobre eso, por ejemplo, yo soy un ser de paz que irradia paz a toda vuelta... la paz es mi estado natural...
  4. Experimenta lo que vayas hablando internamente. Esta experiencia poco a poco te facilitará el proceso, con menos conversación interior y más vivencia.
  5. Si tienes una conexión con Dios, piensa en Él. Siento que Dios me entrega toda la paz que necesita... mi Padre me da poder para superar obstáculos y ayudar a otros a hacerlo.
  6. En el párrafo anterior, ya empezamos a posicionarnos en nuestra función. Desarrolla ese tema... con mi propia paz, amor y felicidad, les muestro a otros una mejor forma de vivir... los protejo sutilmente de problemas y situaciones, a través de entregarles poder, virtudes y valores… como la valentía y la tolerancia.
  7. Haz este ejercicio durante un tiempo. Puedes usar imágenes mentales que te ayuden, pero lo importante es lo que experimentes, pues eso es lo que irradiarás.


Prueba este estado de meditación y comenta qué sentiste.

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