¿Qué nos une?

No puede ser el ser de una región del mundo como Latinoamérica, porque hay tantas diferencias, gustos y formas de hablar.
No puede ser el país en que nacimos, pues muchos ya ni hablan el idioma que se habla ahí.
No puede ser tampoco el idioma que hablamos, porque lo hacemos diferentes y le damos a las palabras colores distintos.
¿Qué nos une?

No puede ser el país en que vivimos, porque pensamos y vemos el mundo de forma distinta.
Tampoco puede ser la ciudad en que vivimos, o el departamento, estado o provincia, porque a no todos les gusta lo mismo.
¿Serán entonces los gustos? Personas tan lejanas en términos de su personalidad pueden tener gustos parecidos, pero en lo global, siempre seremos distintos.
Y lo diferente y distinto nos distancia, nos aparta, nos divide.
¿Qué nos une?

Tal vez sea el partido político, la filosofía, religión o profesión… Pero vemos todos los días en los periódicos y las noticias, en lo que amigos y parientes nos cuentan, de cuán divididos nos hemos hecho, aun cuando creemos en lo mismo.
¿Qué nos une?

Hace muchos años, una brasileña decía que había visto a una madre palestina y otra israelí abrazándose, por la tragedia de haber perdido a sus hijos.
¿Será entonces esa la respuesta: la tragedia nos une?
No creo, porque a veces, reaccionamos como seres humanos, nos abrazamos y consolamos mutuamente; en otras veces, dejamos que el instinto más fuerte de supervivencia aparezca, y nos lastimamos y herimos aún más.
¿Qué nos une?

¿Será la especie, la sangre, el hecho de que respiramos el mismo aire y tomamos la misma agua? Podría ser, si no hubiese tantas y tantas pruebas que muestran lo controlan, y cómo eso que nos debería unir termina generando guerras…
¿Qué nos une?

Tal vez…
Tal vez cuando mires a alguien, mira bien en sus ojos.
Piel distinta, cara diferente, otro género, gustos, nacionalidades, ciudades, países, todo diferente.
Pero allá, en el fondo de los ojos, verás una pequeña ventana que solo los que queremos unirnos sabremos ver.
En esa ventana, que a veces cerramos, está lo que nos une.

La paz que ya tenemos, que ya somos, y que clama por fluir libre por nuestras mentes en la forma de perdón y serenidad.
El amor que ya tenemos, que ya somos, y que pide que lo dejemos salir, para que podamos aceptar a todos de forma incondicional.
La felicidad que ya tenemos, que ya somos, y que quiere ahogar la tristeza que a veces viene, pero no la dejamos…
La pureza que ya tenemos, que ya somos, y que quiere impedir que hables aquella mentira o que trates de ser lo que no eres.
El poder que ya tenemos, que ya somos, y que quiere ayudarte a eliminar cualquier obstáculo, tuyo y de los demás.

¿Qué nos une?
Lo que hay por dentro, bien dentro, de cada uno.
Cuando miremos lo que hay adentro, solo entonces seremos capaces de superar lo que vemos externamente.

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