Viviendo sin rencores


Muchas veces, nuestro cuerpo logra sanar completamente algo, lo que es bueno, pues de lo contrario estaríamos llenos de cicatrices por todas las veces que como niños caímos… Sin embargo, a veces el cuerpo no logra sanar una herida y esta cicatriz queda como una marca, un recuerdo de que algo pasó.

En términos del alma, se llama rencor que es como una gran cicatriz que marca el ser y no le permite  olvidar y mucho menos perdonar. Inconscientemente, acariciamos estas heridas, revolviendo las emociones y volviendo a experimentar una y otra vez aquella sensación.

En otras palabras, cada vez que se experimenta el rencor, la persona revive lo que pasó, como si nuevamente se estuviera hiriendo, algo que nadie conscientemente desearía hacer.

Tal vez sea bueno considerar la opción de vivir sin rencores… Llevar una vida donde el alma se ayude a sí misma a sanar cada herida es probablemente la mejor opción. Aun cuando por alguna razón se recuerde lo malo, se hará con otras intenciones.

Siempre se puede aprender algo o fortalecerse, usando la situación como un estímulo. Eso significa que para vivir sin rencor se necesita:
  1. Tomar un tiempo comprendiendo lo que pasó, sin condenar y en lo posible sin juzgar nada, simplemente aceptando la realidad del hecho, por más duro que sea. Puede tardar, pero es el  comienzo del proceso.
  2. Tras comprender lo vivido, discernir cuáles son los pasos por tomar para evitar que esto deje una marca en el alma. Más allá de la ayuda de un profesional, lo más importante es hacer un plan personal que ayude a recuperar la sanidad interior.
  3. Parte de este proceso es verificar la fortaleza personal y celebrar las victorias obtenidas, aunque hayan sido marcadas por un cierto dolor. El mismo fracaso puede fácilmente ser convertido en éxito si se logra verlo como lección.
  4. Solo entonces, se revisarán las lecciones aprendidas; esta etapa no se hace antes pues puede generar una cierta trauma tipo nunca más confiaré en nadie. Las lecciones se tratan de experiencias convertidas en vivencias prácticas y tips para vivir mejor.
  5. Conviene que se medite mucho; esto ayuda a reconectarse con lo mejor de sí mismo, con la parte no herida del ser.
  6. Conviene que se sirva mucho; ser voluntario es una medicina segura para devolverle sanidad al alma.
  7. Al cabo de un tiempo, es bueno verificar si todavía hay rencores; en caso positivo, volver a trabajar la misma lista de puntos.  En caso negativo, celebrar esta gran victoria, de un alma sin rencores.





Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los vicios del alma

Todo lo que deseas está al otro lado del miedo

Como evitar las trampas del ego