Desde el corazón, en un diciembre más

En mi vida han pasado 44 diciembres, fruto de las malas cuentas humanas - 1 más que mi edad actual, por increíble que parezca.
Diciembre es navidad y año nuevo, es sinónimo de regalos y sonrisas, luces en la calle y comida rica - tamales vegetarianos, desde luego...
¿Vale la pena hablar tanto del mes de diciembre, gastar tanto tiempo y energía en preparar la Navidad y el Año Nuevo?
Parte de mí dice que no. Una parte que se conserva realista y casi cínica. Personalmente, me considero hoy un "realista positivo". El fruto de la espiritualidad se ve claramente en mí en este aspecto, pues migré de ser un pesimista total a ver la realidad tal como 
es, con sus cosas buenas y malas, y siempre enfocarme en lo positivo. Pero, debo confesar que aún no es 100%, hay unos 5% de mi ser que me dicen que no vale la pena, que este diciembre será tan malo como el anterior o peor.


Caminos cruzados
Y lo que pasó en Mumbai parecía afianzar mi desconfianza de algo bueno para este mes de diciembre.
Todos los años voy varias veces a esa ciudad de la India. Para mí no es un puerto turístico
 y tampoco es la capital cultural y económica de este misterioso país; es mi casa. Vivo y convivo allá de forma bastante natural.
Claro, soy occidental y bien occidental, pero no solo voy a ver sitios bonitos allá. Me gusta servir, ayudar a otros. En mi último viaje, estuve con unos policías de la región de la ciudad donde me hospedo, gente muy sencilla y disfruté bastante poder ayudarlos a pensar en algo positivo, en medio del caos de una ciudad de más de 20 millones de habitantes.
Igual, ya me fui de paseo por allá. Conocí en el pasado varios puntos de esta ciudad y entre ellos el Hotel Taj - el mismo que fue atacado por los terroristas. Mientras las noticias llegaban del ataque - antes a mí que a los medios colombianos o estadounidenses, fruto del esfuerzo de un amigo de India que no dormió la noche entera - me imaginaba caminando por aquellas calles. No solo oía o leía noticias, las vivía en mi mente, en mi propio ser.
Sí, todo parecía ir malo...


Luces de algo más que esperanza
Un amigo que tengo una vez declaró que la esperanza es el consuelo de los débiles; un poco fuerte, pero a veces estuve de acuerdo. No lo estoy ahora.
En mi "realismo positivo" veo las cosas de otra manera. Me reto. Me desafío a creer, a buscar algo de bueno y positivo.
La primera luz, vino de la entrevista con la niñera de la pobre pareja judía que fue muerta sin ni saber porqué (http://edition.cnn.com/2008/WORLD/asiapcf/12/04/nanny.mumbai.interview/index.html). Una persona simple y humilde, que podría haber huído sola, sin preocuparse con nadie más. No lo hizo.
Con un coraje que no sé si tendría yo, ella salvó más que a un niño, salvó a una idea de vida mucho más amplia. Una idea que no se deja obstruir por colores de piel o religiones, una idea de humanidad que es la misma esencia de ser humano.
Entonces, descubrí: vale la pena que sea diciembre. Vale la pena regocijar que algo así pasó, que hay personas como ella, como tú y como yo que tod
avía no nos dejamos vencer por la negatividad. No nos vamos a dejar vencer, porque detrás de cada tragedia, hay una luz que brilla.
Una luz como la de Juan Andrés Muñoz, la de José Omar Ruiz (http://www.eltiempo.com/colombia/ejecafetero/un-ex-para-y-un-ex-guerrillero-se-hicieron-los-mejores-amigos-fabricando-faroles-para-esta-navidad_4709585-1), la de tantos que han retado la oscuridad con una luz.


Este diciembre
Quiero regalar paz, vibraciones positivas. Quiero poner un punto final y hacer de mi vida un nuevo libro, no un mero nuevo capítulo.
Quiero dejar que la luz que se encienda no se apague en el año que venga (cuando finalmente cumpla 44 años) y que ayude a otras luces a encenderse también.
Quiero continuar a ser tu amigo y hermano. Quiero continuar a sentir la presencia de Dios y compartilar por todas partes.
¿Y sabes qué es lo lindo de todo eso? Saber que todo lo que quiero, lo haré.

Una feliz Navidad, desde mi corazón.
Om Shanti (yo soy un ser de paz)

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