Alternativas

Recuerdo cuando era niño y aún no sabía nadar, que fui a una parte más profunda de un lago. No tuve miedo, pues estaba rodeado de gente, pero quería salir solito de la situación así que sostuve la respiración y buceé un poquito para llegar a la parte menos profunda.

Esta escena de mi vida me ha servido de base para siempre buscar alternativas cuando he encontrado lugares más profundos o puertas cerradas. En vez de desistir o llorar, generé una forma de pensar que evita luchar y más bien, salgo a buscar alternativas. ¿Por qué?

En primer lugar, en la consciencia de abundancia no hay escasez… Sí, hay obstáculos y problemas, pequeños castigos por el mal uso o una mala decisión, pero nunca falta algo que es imprescindible. Me reconozco como un ser abundante.

Segundo, hay el desapego de las situaciones, lo que disminuye la expectativa y por lo tanto se acepta más fácilmente lo que pasa. A veces, en vez de una puerta abierta, hay una ventana… Entrar a un lugar por la  ventana requiere ciertas habilidades, pero es posible y por no tener tantas expectativas, es mucho más fácil aceptar y abrazar nuevas oportunidades. Soy un observador desapegado.

La posibilidad de aprender algo nuevo es un tercer aspecto. Cuando estamos viviendo y navegando dentro de la zona de confort, nos estamos privando de muchas experiencias distintas. Al arriesgarnos de salir de esas limitaciones, se experimentan beneficios que enriquecen la vida. Estoy en una gran aventura humana.

Recuerda la próxima vez que te encuentres delante de un obstáculo insuperable: debe existir una ventana abierta en algún lado…

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