Cuando la solución está en la pregunta
La mente occidental necesita respuestas y por lo tanto abomina las dudas, las preguntas… Pero ¿cómo lograr respuestas si no preguntas?
En términos holísticos, el truco para llegar a una solución es plantear una buena pregunta que sea abierta y poderosa. Para esto, pensemos en un problema real...
Digamos que tienes problemas con tu pareja. La pregunta normal es:¿Qué le pasa? ¿Por qué me trata de esta forma?
La solución: divorcio, separación, peleas continúas…
Ahora, cambiemos el modelo mental; reflexionemos y busquemos
una pregunta base que empodere, por ejemplo:
¿Cuáles aspectos de esta relación necesitan cambiar?
Observa que quitamos el elemento de la culpa y planteamos una pregunta que no solamente tú puedes responder, tu pareja también. De ahí pueden salir soluciones efectivas para el problema que se vive.
El truco consiste en encontrar una pregunta que cumpla lo
siguiente:
- Te haga ver la realidad en múltiples dimensiones.
- No implique culpas y no excuse responsabilidades.
- Te haga realmente sentirte poderos@, pues sabes que al resolverla, solucionarás al menos este problema.
- Debe ser abierta, es decir, su respuesta no es un simple SÍ, NO o TAL VEZ.
- Sirve también para otras personas.
- Te hace sentirte mejor, más elevad@ mental y espiritualmente.
¡Buena pregunta!
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