Espiritualidad en situaciones nada espirituales

Teilhard de Chardin dijo una frase que ha sido la base de la espiritualidad en estas últimas décadas de despertar de la conciencia: No soy un ser humano teniendo una experiencia espiritual, sino un ser espiritual teniendo una experiencia humana.

Esta frase tiene muchas implicaciones, entre ellas la más obvia: ser espiritual no es aislarse, sino permitirse experimentar lo material. Esto significa que la espiritualidad como muchos la hemos entendido, de monjes en montañas distantes, no es lo que realmente debería ser una vida espiritual.

En realidad, ser espiritual es mucho más valioso y se siente más cuando estamos en contacto con situaciones nada espirituales. Es cuando debemos tomar las decisiones diarias que la espiritualidad es probada todos los días.

Para poder vivir en esta paradoja eterna, donde espíritu y materia parecen luchar una batalla que no se termina, cada religión o camino espiritual ha dedicado gran parte de sus enseñanzas a establecer algunos principios básicos que protegen la persona de la influencia material, sin aislarla del mundo. Uno de los más conocidos y difundidos es el vegetarianismo; como vegetariano puedo convivir con otros y protegerme de la influencia que la carne tiene sobre el alma. Puedo ejercer mi profesión, sentarme con otra persona cuyos principios no incluyen este y sentirme bien.

Sin embargo, muchos de estos principios aparentemente nos aíslan y marcan como seres diferentes del resto, un poco "raros". Para evitar esto y vivir en un mundo que poco interés tiene sobre lo espiritual, necesitamos desarrollar un proceso mental bastante distinto...

  • Cada principio que yo asuma debe ser algo que lo hago de forma consciente, a partir de una fuerte convicción personal y no porque alguien o algo me dijo para hacerlo.
  • Debo generar experimentos con los principios y verificar su funcionalidad en mi vida personal, generando acuerdos para que haya éxito en este proceso.
  • Las experiencias de otras personas que pasaron por lo mismo que yo son muy valiosas, pero debo recordar de adaptarlas a mi propia realidad.
  • Cuando haya conflictos serios entre la perspectiva espiritual y material, no tomes decisiones inmediatas y rápidas como parar de meditar o abandonar el trabajo. Converse contigo mismo y verifique tus propias convicciones. Recuerda que tu vida no acaba el próximo año, sino que puede durar 50 años o más, así que tus decisiones deben ser más sensatas y de largo plazo.
  • Cuando haya conflictos con otras personas por causa de la forma como vives tu espiritualidad, o como trabajas, busca puentes de unidad con la otra persona. Evita eliminar una relación por causa de eso; más bien, busca el diálogo y la conciliación.


El viaje espiritual es maravilloso. El darse cuenta que ser humano es una experiencia es increíble. Espero que hagas de este viaje una experiencia aún más poderosa.

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