El camino del éxito empieza en renunciar… ¿será?


Una mujer desde niña buscó el éxito, así que decidió dejar a un lado los juguetes y otros distractores, enfocándose solamente en sacar las mejores notas y ser la mejor en todo lo relacionado a la escuela.

En la universidad, se dedicó de lleno a sus estudios, evitando cualquier contacto social o cualquier actividad que le hiciera perder unos preciosos puntos en la academia.

Cuando comenzó a trabajar, toda su energía y enfoque estaba en lo que hacía; todas las relaciones estaban encuadradas en este contexto, así que no tuvo tiempo de hacer amigos, crear familia, cuidar su salud o, bueno, vivir más allá de las paredes de su oficina.

Éxito logró: famosa, su foto aparecía en muchas partes e historias eran contadas y cantadas sobre ella… Entonces, un día, decidió hacerse la pregunta más difícil de su vida: ¿Valió la Pena?

¿Habría valido la pena no haber tenido amigos, familia, no haber dedicado tiempo a su salud, su espiritualidad, su infancia y todo lo que no estaba relacionado con el trabajo?

¡SÍ! Después de todo, ella tenía éxito: el mejor carro, las mejores casas, el mejor trabajo…

Pero allá en el fondo de su corazón, una pequeña voz le dijo, de forma muy tímida: no…

¿Cómo NO? ¿No es verdad entonces que los periodistas la quieren entrevistar y que las personas la miran con envidia incluso, tratando de ser como ella?

Hasta aquí llegamos con esta historia… ¿Sientes que tiene algo que ver contigo? Si es así, ¿cuál será el desenlace?

No es posible tener éxito en algo si no hay renuncia – funciona de combustible al cohete del triunfo. Todas las personas exitosas han renunciado algo; busca en sus historias y encontrarás narrativas interesantes, emocionantes o duras.

Sin embargo, cuando la renuncia te lleva al aislamiento, hay algo que no está bien, pues no es un evento separado de la vida humana, es integral a todo el resto de lo que somos y nos define como seres humanos. Así que una persona que, por ejemplo, renuncia jugar en la niñez porque tiene que estudiar mucho, perderá la oportunidad de la experiencia de éxito integral.

Si junto con la renuncia que permite el éxito en los estudios, la niña también saca tiempo para salir a gritar, correr y reírse, eso resultará en una agradable y maravillosa personalidad, muchos amigos o fiestas memorables que complementarán el grandioso triunfo laboral.

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