En el ojo de la tormenta
Ahora, imagina que la tormenta no fuera un fenómeno meteorológico,
sino tu situación familiar o el trabajo en el cual estás – una tormenta en el sentido figurado de la
palabra. ¿Cómo llegar a su ojo?
Claro, el primer instinto será de SALIR CORRIENDO, pero así
como una tormenta de lluvia y viento es extremadamente rápida y no siempre
podrás escapar, lo mismo pasa con una tormenta
como la que puedes estar pasando en el momento; no solo es rápida, fácilmente
agarra y atrapa.
Si reflexionas un momento, te darás cuenta que en primer
lugar, esta tormenta es parte de tu vida y no puedes huir de tu propia vida.
Al meditar encontrarás el ojo de la tormenta este espacio casi mítico que existe donde hay
calma y tranquilidad. La meditación no te aísla de los problemas, pero te
conecta con tu propio ser, haciendo que te retires temporalmente de la
situación, relajándote, para después empoderarte y poder afrontarla y vencerla.
Medita y conéctate con tu profunda calma interior.
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