Valores, ¿un tema desvalorado?


Hace muchos años participé de un programa internacional llamado Valores para Vivir. Fue todo un éxito, lo que significó uno de los años más ocupados que tuve…

Hoy, décadas más tarde, siento que se trabaja, se habla y se piensa cada vez menos en valores y, peor, se glorifica lo que son valores negativos, como el éxito de personas corruptas, personas deshonestas que logran ganar casos en los tribunales y el regreso de la economía del tiburón, donde todo es válido para explorar.

No es algo novedoso para mí. En la época que trabajé fuertemente en el tema, llegué a la conclusión que ciertos valores estaban extintos o en proceso de extinción. Es decir, ya no existían en una forma obvia en la sociedad, relegados a un status de figura histórica; es el caso del honor por ejemplo.

Pero, ¿qué llevó a este abandono de los valores? Hay muchas posibilidades, entre ellas el descorazonamiento general resultado de lo que habíamos comentado, de la glorificación negativa, que da la impresión de que es más exitoso no seguir el camino de los valores.

Creo que es más profundo que eso. Tal vez no hayamos entendido la razón de los valores y estemos esperando lo que no corresponde; ellos son el cómo para lograr metas y alcanzar objetivos, no son un fin por sí mismo.

Sin ellos, se pueden igual llegar a los objetivos como la búsqueda de placeres, mayores ganancias y llegar a casa pronto, pero no será algo sostenible, no será algo que beneficiará a la comunidad, sino a un grupo pequeño de personas, pues probablemente nos llevará a placeres superficiales y una casi permisividad, ganancias que hay que ocultar y grupos.

O sea, no basta ser buena persona o pacífico, debe ser algo que conduce a algo más, por ejemplo soy bueno porque así manejo mejor los conflictos en mi familia o soy pacífico e irradio diariamente paz al mundo, para que haya una transformación en nuestra sociedad.

Portada del Libro Valores para Vivir
¿Qué te parece esta idea? Si te gusta, sugiero que:
  • Identifiques los valores principales tuyos, los que más consideras que sigues.
  • Pregúntate ¿qué sucederá si realmente sigo este valor?
  • Dale vueltas a la respuesta, tal vez compartiendo con un amigo o reflexionando un poco más.
  • Cuando la respuesta esté fuerte lo suficiente, considera que es el fin de este valor.
  • Por último, COMPROMÉTETE. Recuerda qué lograrás al seguir este valor tan importante, de forma frecuente.





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