La resiliencia profundiza la experiencia de la felicidad

De la resiliencia de un material depende su capacidad para enfrentar las presiones a que será sometido; mientras mayor sea la resiliencia, más resistente será.

Con el ser humano, algo similar pasa: no tenemos control sobre las presiones exteriores, pero sí tenemos total control en nuestra propia capacidad para enfrentarlas de manera exitosa.

La felicidad que se basa en evadir situaciones o buscar circunstancias amenas y agradables es temporal, mientras es inestimable la felicidad que surge del hecho de que, no importa qué venga, seremos capaces de manejar eso.

La felicidad que es fruto de la resiliencia es profunda, difícil de terminar y entrega un alto grado de satisfacción al ser. ¿Cómo entonces podemos aumentar nuestra resiliencia?

Hay varias posibilidades para eso, pero dentro de la perspectiva espiritual, la meditación y el yoga son lo recomendado.

Por ejemplo, para aumentar la capacidad de resiliencia de un cable eléctrico, se puede poner simplemente otra capa de material protector. Al meditar, el ser agrega capas a sí mismo, aumentando su potencial de pensar positivamente y actuar de forma reflexiva, sin reaccionar.

Pero si realmente se quiere cambiar cuánta corriente pasará por el cable, tal vez sea recomendado cambiarlo totalmente por un material más resistente; el yoga cambia el ser, modificando la forma de ser (la consciencia) y consecuentemente la actitud (pensamientos).


Te invito a meditar de forma constante o conectarte en yoga, aumentando tu resiliencia y así mejorando tu forma de administrar la increíble experiencia de ser feliz.


(Los 8 principios para permanecer feliz)

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