La reflexión que lleva a la felicidad
Hay innumerables razones para no ser feliz, como un dolor de
diente, la eterna congestión de tráfico o la muerte de alguien querido. Ya sean
razones pequeñas o gigantescas, mantener la felicidad verdadera no es sencillo.
Sin embargo, detrás de cada oportunidad para perder la
felicidad hay una oportunidad para no solo recuperarla, sino afirmarla dentro
del ser.
Rosas de Barbacena, MG, Brasil |
Miremos el ejemplo clásico que viene de las plantaciones. Cuando
era joven, estudié en la fuerza aérea de mi país, en una pequeña ciudad llamada
Barbacena, al sur del estado de Minas Gerais en Brasil. Uno de los productos
principales del pueblo eran las rosas.
Recuerdo bien una vez que pasaba por las inmensas
plantaciones de rosas, cuando me asaltó un horrible olor, totalmente
incongruente a lo que había debajo de los toldos de protección. Ese olor era el
abono y me hizo llegar a la conclusión de que sin el fuerte mal olor, no puede
haber la fragancia de la rosa…
Puede sonar romántico, pero convertir acontecimientos en
abono es la forma a través de la cual la verdadera felicidad. Eso se hace a
partir de la reflexión.
Es interesante esto, pues mientras la felicidad temporal
viene de la negación de lo que pasa, o el escape a la realidad, ser realmente
feliz implica mirar lo real en los ojos e interpretarlo correctamente.
La meditación y una constante práctica espiritual pueden
ayudar a que esta reflexión se haga más fácil, pero no hay atajos: si quieres
ser REALMENTE feliz, debes dedicar un tiempo a comprender y asimilar lo que
pasa en tu vida, encontrando por detrás del dolor y tragedia, las ganancias,
lecciones o experiencias que se convertirán en la fragancia de tu existencia.
(Los 8 principios para permanecer feliz)
(Los 8 principios para permanecer feliz)
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