Política, ciencia y religión

Los tres poderes de la civilización humana nos permiten existir como sociedad. Son como pegantes que nos unen, o como tubos que canalizan toda la energía que genera la sociedad humana.

Sin embargo, impotentes hemos visto como estos tres poderes han caído lentamente a lo largo de siglos de existencia a una degradación gigantesca que está haciendo que la población en general entre en la indiferencia y la apatía.

En un mundo perfecto, la política permite la redistribución de lo que la sociedad genera, protege esta sociedad de ataques diversos y facilita el intercambio de una sociedad a otra. En el mundo actual, la política está haciendo que las personas se dediquen a pensar en su propio bien, o el de su pequeño clan, sin tener en cuenta el bienestar colectivo e internacional. Difícilmente protege a alguien, pues no tiene claro adonde debe llevar su sociedad y cuál es lo ideal de su bienestar.

En un mundo perfecto, la ciencia le da la fantástica oportunidad al ser humano de reflexionar y romper esquemas creados, paradigmas actuales; la ciencia entrega confort y bienestar de forma sostenible a largo plazo. Actualmente, la ciencia nos ha dado la posibilidad infinita de matarnos, y si no fuera poco, lo que nos da confort y bienestar suele ser nocivo a largo plazo, destruyendo el medio ambiente del cual nos alimentamos y vivimos y haciéndonos la única especie en el planeta que destruye su propio entorno.

En un mundo perfecto, la religión une el ser humano al divino, haciéndolo experimentar lo intangible e invisible, lo que hace que las relaciones humanas terrenales se desarrollen de forma ética. Hoy en día, la religión ha perdido su capacidad de vincular lo humano a lo divino y pocas veces realmente consuela a los demás en su búsqueda por una experiencia de bienestar interior.

¿Podremos recuperar los valores originales de estos tres poderes? Yo creo que sí, y veo a muchas personas que están empeñadas en realizar eso. Tal vez no sea tan sencillo, pero podemos empezar a que cada persona refine su propia ética, el dharma del cual nos habla el hinduismo, es decir, esta energía de que todos los seres humanos existimos para realizar algo en este planeta.

Es cuando el individuo cambia que el cambio podrá suceder a nivel macro... Porque todos nos desempeñamos como políticos, religiosos y científicos en algún momento de nuestra vida, incluso varias veces: cuando tratamos de convencer a otras personas a apoyar un proyecto específico, cuando nos sentamos a reflexionar sobre la vida, cuando nos detenemos a examinar las situaciones más allá de su superficie...

La corrupción no existe afuera, sino adentro. Es como decía Nasrudín, sabio sufí: para eliminar la difamación, no elimine el difamador, sino los que la oyen... Es cuando seamos éticos que estos poderes también volverán a serlo.

Toma la ciencia, agrega la política, agrega la religión...
No logras nada y te puede matar.

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