Una red de servicio mundial


Hace muchos años, una imagen que alguien utilizó grabó para siempre en mi mente el concepto básico del servicio, explicado en la forma de una metáfora:
Servir es pagar el arriendo a la madre Tierra.

En un momento como nunca donde se ve que los líderes del mundo - y ser líder es servir a otros - piensan cada vez más en sí mismos y en sus pequeñas comunidades, me quedo pensando en cómo vamos con la deuda del arriendo a la dueña de nuestra casa.

Más que acciones o discursos, tenemos que empezar, o volver a empezar, del comienzo: la conscientización. La única manera de que la especie humana no desaparezca es que se una y trabaje en sus especialidades. Somos una sola sociedad que vive y respira el mismo aire, bañada por el mismo sol.

Con esta consciencia despierta, es hora de mirar en qué puedo ayudar al mundo. No todos somos iguales, pero las necesidades del planeta son tantas que si unimos todo lo que podemos hacer, solo así seremos capaces de sanar el mundo y sus habitantes.

Pero, dejando el TODOS a un lado: ¿cuál es tu especialidad? ¿En qué puedes servir a tu comunidad o familia? Desde ahí realmente empezamos, solo que con una consciencia que no nos permita olvidar el todo. Hasta hace poco, valía la antigua regla de botar la basura en la casa del vecino, sin percibir que las consecuencias también serían experimentadas por nosotros mismos.

Si solamente tú haces este cambio en tu vida, garantizo que pronto se generará una red alrededor tuyo y esta red terminará por fin afectando todo el planeta.

Pero empezamos por mí y por ti. Mira, así no más ya somos una red...

Según tu especialidad, sirve el mundo entero

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