Perdonando, siempre

Cuando pienso en perdón, muchas veces vienen imágenes que otros me han mostrado - quien pide perdón es una persona débil, es el culpable, son los malos, etc.

Sin embargo, hace muchos años descubrí el poder del perdón. Descubrí que cuando algo está mal en tu corazón, no importa realmente quien fue culpable o no - mientras no perdones de lo más profundo de tu ser, lo que guardes de malo te impedirás crecer más.

Más tarde, descubrí algo aún más profundo. No basta perdonar de vez en cuando. Hay que hacerlo como algo constante en tu vida. En realidad, no necesitas ni siquiera pensar en perdonar, lo que hay que hacer es todos los días EMPACAR.

¿Empacar? Sí, empacar. Todos los días debes pensar que terminaste un viaje, porque así es - tu día fue tu viaje. Ahora, si viajas mucho sabes que al terminar un viaje, hay que organizarse un poco y parte de la organización es eliminar todo lo que no te sirve - todos los problemas sucedidos en el día, todas las situaciones negativas pueden ser desechadas plenamente en este momento.

El poder de empacar consiste en una meditación poderosa, donde entregas a Dios todo lo que pasó en tu día, quedas con lo mejor y eliminas lo negativo, no guardando nada malo sobre nadie. Es cuando empaco de esta forma que doy espacio para un nuevo comienzo de mi vida.

P.D. 1 No, no estoy molesto con la derrota de Brasil. Pero... ¿autogol?
P.D. 2 Buena oportunidad para empacar - ¡la derrota de Brasil!
P.D. 3 Después de todo, estoy en Colombia, ¿correcto?
P.D. 4 Tranquilos... estoy ahora en Medellín, disfrutando mucho, disculpas por el retraso debo organizarme mejor. Domingo parto para Bogotá para un periodo indefinido allá.
P.D. 5 Con esta entrada, terminamos los 8 poderes.
P.D. 6 ¿Te gustó el nuevo look?

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