Tu consciencia...

 Lo que eres, es tu consciencia. Es la forma en que percibes e interpretas lo que ocurre a tu alrededor.

Para algunos, envejecer se siente como una tragedia; para otros, todo se desarrolla de forma natural.

Un trabajo puede ser una tortura para una persona y una bendición para el@ compañer@ que está a su lado.

Las nubes en el cielo pueden preocupar a alguien que sale de su oficina, pero para un@ agricultor@ son una noticia maravillosa. La lista podría seguir…

En lugar de intentar cambiar edad, trabajo o clima, es posible cambiar la consciencia.

No es fácil, pero ya existe toda una gama de tipos de consciencia disponibles para usar. Una persona puede ser madre y gerente, accediendo a la consciencia adecuada según el momento.

Volviendo a los ejemplos, la consciencia puede funcionar de esta manera:

* A medida que avanza el envejecimiento, empieza a refinar tu naturaleza, remodela tu personalidad, explora nuevos intereses y desarrolla nuevos gustos.

* Antes de salir de casa para ir a trabajar, recuérdate por qué trabajas, los beneficios que recibes y lo significativo que es para tu vida; entra en tu oficina con esa consciencia.

* Cuando aparezcan nubes, recuerda los beneficios de la lluvia, busca refugio y disfruta de la fragancia, el sonido reconfortante y la frescura que aporta.

Cambiar la consciencia es profundamente motivador. Así que, cuando llegan los desafíos y te sientas viej@, tu trabajo se vuelve insoportable y tengas gripe por la lluvia (y por este artículo), esa motivación permanecerá, suficiente para ayudarte a seguir adelante.

 

Este es el último post de una serie sobre la motivación: empezando desde dentro.


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