El efecto Pigmalión en la práctica

Hay muchos artículos sobre el efecto Pigmalión, incluso con diferentes nombres[1], pero en esencia significa que lo que esperas de otros, lo logras.

Es un proceso interesante que va en contra de otro poderoso principio: no puedes cambiar a otras personas. ¿Entonces?

Las dos cosas no son tan contradictorias como parecen, miremos bien:

El efecto Pigmalión ha sido comprobado de varias maneras y algunas veces parece tener conexión a cómo tratamos a otras personas. Uno de los experimentos era informar a algunos profesores que sus estudiantes eran de alto nivel, mientras a otro grupo de profesores que sus estudiantes eran de bajo nivel; ambas informaciones no eran verdaderas, pero se observó que los estudiantes que se pensaba ser de alto nivel, acabaron logrando buenas notas, mientras los demás, bajas notas. En realidad, lo que pasó no tenía tanto que ver con los estudiantes como con los profesores: su trato de los estudiantes, la energía que entregaron a ellos y su paciencia a la hora de e
sperar que aprendan variaron según su percepción.

Lo anterior significa que realmente si queremos que alguien mejore, debemos cambiarnos, al menos en el nivel de la percepción que tenemos de esa persona pues así, los trataremos diferente y posiblemente lograremos resultados inesperados.

Entonces, si quieres que alguien cambie, es simple: ¡CAMBIA! Y deja que este cambio se refleje en tu relación con la otra persona, abriéndole una puerta significativa para que se exprese y transforme su propia realidad.



[1] Puedes verificar esta definición:  https://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Pigmali%C3%B3n

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