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Mostrando las entradas de noviembre, 2020

21 formas de prepararse para el año nuevo

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¿Ya escuchaste que alguien al comienzo del año nuevo quiere estar vestido con ropa nueva? ¿O comer lentejas? En términos personales y espirituales, hay 21 cosas que puedes hacer para recibir el año nuevo con una supersonrisa y mucha energía. Están separadas por tres categorías, que también funcionan como formas de celebración: Sueña, sueña mucho… El sueño no depende de la edad y es importante que tu imaginación siga proyectando algo mejor. Recupera tus sueños de infancia; ellos valen mucho. Si conoces a alguien cuyo sueño no logró concluir, ayuda a esa persona a hacerlo. Escriba tus sueños de tal forma que no te olvides de ellos, ¡jamás! Graba algo donde expreses tus sueños para que una y otra vez, alimentes tu mente con eso. Promueve que otras personas sueñen mucho y cumplan ese sueño. Pregunta a gente con quien no conversa mucho sobre su sueño, alentando a esa persona a concretarlo. Si quieres comprar algo para celebrar el año nuevo, compra… para otras personas. Hay muchísimas pe

Y nos separamos de ellos…

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Una de las partes más traumáticas de la pandemia ha sido la separación. Algunos tal vez solo estuvieron separados unos pocos días, pero hubo casos de personas que no pudieron estar juntas por meses. O el caso extremo de los que partieron sin poder despedirse y os que no pudieron despedirse de los que partieron. Bueno, es hora de reconciliarnos con lo que pasó. En la medida que el año se acerca a su final – aunque la pandemia todavía no – podemos hacer algunas cosas que nos ayudarán a superar los efectos de la separación evento. En primer lugar, genera una conexión con los demás más allá del contacto físico al compartir sueños y proyectos, energía y creatividad, mucha fuerza… cosas que se pueden compartir aún a distancia. Segundo, crea una mejor conexión contigo mism@. Realiza sesiones de diálogo interno o self-coaching , aclarando y ampliando la consciencia al respecto de varios aspectos de la vida. O simplemente empieza a registrar tu vida en un diario y léalo con frecuencia.

A la Madre Tierra

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  Una de las más poderosas yoginis que conocí decía que Dios es nuestro Padre, la Tierra es nuestra madre . ¿Cuán bien la estamos cuidando? Durante milenios, la Tierra nos ha estado cuidando: alimentándonos, dándonos aire y agua, calentándonos y refrescándonos. Ahora, en este milenio, nos damos cuenta que las cosas se invirtieron y nos tocó servir a nuestra vieja y amable madre. Tal vez como un deber. Tal vez como la única forma de nuestra propia supervivencia. Tal vez por amor…   Y si es por amor, sería bueno revisar algunas cosas. ¿Cuánto estoy construyendo o destruyendo de forma innecesaria? ¿Cuánto mis acciones están afectando a otros habilitantes del planeta? ¿De qué forma aprovecho los recursos de forma óptima? ¿Cuál es mi índice de reciclaje, con relación a lo que uso? ¿Cuánto venero la tierra a partir de respetarla y respetar lo que ella me entrega? Por ejemplo, ¿Cómo son mis hábitos alimenticios y su impacto en la tierra?   Reflexionando más profundamente:

La esencia de bondad

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Hace un par de años, mientras caminaba por la calle, pasé bien cerca de un niño muy pequeño, quien no tardó en sonreírme y saludarme. Mi primera reacción fue: ¡qué peligro!, algo mal le puede pasar a este niño. Más tarde, mi reacción fue: ¿qué me pasa? Sí, lo que antes solía ser normal e incluso algo bien educado, se ha vuelto un peligro para la sociedad: sonreír, saludar. Antes solíamos hacerlo sin pensar, confiar sin papel escrito y creer en el otro. Hoy en día… Algunos son cínicos y justifican eso con la condición presente humana. Otros lamentan la pérdida de esa inocencia social. ¿Qué pasó? Más allá de índices de crímenes o el aumento del miedo, nos hemos vuelto seres muy complejos y es hora de retornar a nuestra esencia, esa esencia de bondad que todos tenemos internamente. Sí, tal vez no seamos tan inocentes como antes y es muy probable que las ciudades no mejoren en su seguridad. Pero al concentrarnos en nuestra propia bondad, podremos ver el otro no como un en

Yo, el árbol

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Creo que una de las cosas que todos debíamos hacer era ejercitar nuestra imaginación un poquito… o mucho. La imaginación ayuda que conceptos intangibles se conviertan en ideas fáciles de comprender. Por ejemplo: ¿quién soy yo? Créanme que hay varias maneras de responder este pequeño y normalmente difícil acertijo y una de ellas es: yo soy un árbol . ¿Qué? ¿Será que exageré en la imaginación? OK, ven conmigo en este ejercicio… Visualízate como un árbol y piensa en las ramas; son tu familia, tu trabajo, tus hobbies , las cosas que te gusta, opiniones, ideologías, tu forma de practicar la espiritualidad, etc. Hay ramas retorcidas. Hay ramas que te gustaría cortar ahora mismo. Hay ramas que hacen el árbol aún más bello… De cada rama, desprenden hojas – personas que están conectadas a ti a través de esa rama. De algunas ramas salen frutos – funcionó, se logró éxito en esta rama. En algunas ramas hay bichitos... ¡Ooops! Es hora de revisar esa área de mi vida. Visualiza e