Experimentando una vida buena, a pesar de decisiones malas

Todos los días, tomamos decisiones que nos afectan mucho más que podemos percibir, el problema son las decisiones malas que acaban por afectarnos de una manera muy negativa, incluso traumática.

Estoy asumiendo aquí la perspectiva de autoliderazgo, de que todo lo que pasa en mi vida es fruto de mi decisión o, si no es así, lo que haré con lo que pase en mi vida sí es fruto de mi decisión.

La pregunta que me hago es: a pesar de las decisiones malas, ¿cómo vivir una vida buena? En realidad, no solo es posible, sino hay múltiples ejemplos en el mundo como el del francés Henri Charrière, quien tras ser capturado y enviado a una prisión terrible en la jungla de Guyana Francesa, acabando por escribir una obra que impactó en muchos niveles el mundo: Papillon.

Hay tres cosas que puedes hacer si estás viviendo la vida que REALMENTE no querías, pero asumiste tu liderazgo personal y reconoces que fuiste tú la persona responsable por lo que vives, lo que para mí, estoy seguro, es un paso hacia la VIDA QUE REALMENTE QUIERES VIVIR. Pero, incluso si aún no lo reconoces, bueno, también te puede ayudar en algo:

• Autoestima. Es lo primero a trabajar y lo mejor es que tomes apoyo de la espiritualidad, superando aspectos físicos que derivarán de los graves errores. Recuerda que eres un ser espiritual y lo físico es solo un papel que desempeñas; mantén esta consciencia y verás que el amor propio crecerá, a pesar de no haber razones físicas para ello.
• Humildad. Hace unos años, este punto sería diferente, lo diría aprender las lecciones, pero con el tiempo me he dado cuenta que por no se entiende bien eso; si aprendo una lección, no vuelvo a cometer el mismo error, al menos no de la misma forma. Se ha convertido en una excusa para repetir equivocaciones. Si hablo en esta cualidad tan poco valorada de la humildad, que es clave en el proceso de vivir bien, puedo reconocer otras personas que me pueden enseñar e indicar nuevos caminos, lo que abre las puertas a un cambio positivo en la vida.
• Perdón. No puede haber un giro en la vida si no hay la experiencia de perdonar, perdonarse y pedir perdón. Es una de las emociones más constructivas y sirve para reparar la frágil fibra del puente relacional que nos une con otros.