Toda negociación empieza conmigo mismo

Hay muchas clases y técnicas de negociación, algo que ha asumido posición central en los negocios del mundo. Pero, del punto de vista espiritual, la negociación más compleja y más necesaria es la que hacemos con nosotros mismos.

El ser vive en una guerra constante entre impulsos y la razón, entre los deseos y las necesidades, entre el estado presente y el deseado. Esa guerra tiene una característica negativa, pues el vencedor y el vencido tienen la misma cara y viven la misma vida…

La armonía es el estado natural del ser, que corresponde a un equilibrio dinámico donde los poderes y cualidades interiores funcionan en la medida de la forma de vivir del individuo, sus talentos son utilizados de forma natural y los potenciales están en proceso de desarrollo.

El camino de la negociación interior implica un proceso sencillo:
  1. Tener claro la convicción personal sobre el tema, es decir, cuál es el estado ideal para el ser.
  2. Comprender las limitaciones presentes que no permiten que ese estado sea alcanzado. Esto se hace a través de una revisión personal.
  3. En el caso de sentirse que hay la necesidad de recursos para llegar a esa negociación, la pregunta es ¿cómo puedo lograr esto, de forma sostenible y sin un esfuerzo que canse?
  4. Entonces, el trabajo será implementar la respuesta de la pregunta anterior.

 
En realidad, la negociación interna no es tanto conversar con el otro lado, pues ambos son la misma persona. Al alcanzar armonía interna, fácilmente el ser empieza a ajustarse y elegir qué es parte de su vida en el momento presente, agradeciendo lo que pasó y preparándose para lo que va a venir.


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