Servir es vivir
Mientras voy a escribir este post, leo un excelente artículo
sobre una de las miles de historias que surgen de tragedias. La mayoría de esas
historias suelen ser trágicas y no podemos invalidarlas, pues parte de la vida
humana, como el antiguo teatro ya conocía, es la tragedia. Lo que nos
diferencia entre los mismos humanos es lo qué hacemos con esa desventura.
La historia habla de un avión que fue desviado a un pueblo
canadiense debido a los ataques del 11 de septiembre. Como debes saber, la
comunicación en ese día no fue precisa y la información que ellos recibieron fue
muy mala en general. El texto, escrito por un miembro de la tripulación,
comenta sobre lo que tuvieron que pasar los pasajeros y ellos como consecuencia
de los ataques de ese día.
La sorpresa fue mostrar por un lado el profesionalismo de
las personas encargadas de atenderlos y cuidarlos, y al mismo tiempo, la
increíble solidaridad que recibieron de una población que era, en números,
menor que el número de pasajeros que llegaron, más de 50 aviones. El impacto de
su generosidad fue tan fuerte que un pasajero específico terminó creando un
fondo para ayudar a los alumnos del pueblo a llegar a la universidad, algo que
ha servido más de 100 estudiantes.
En realidad, servir es probablemente la mejor medicina para
cualquier terror que una persona viva; mientras estuvieron en el pueblo,
disfrutaron y salieron a conocer, andar en barco y otras cosas que les calmaron
mientras lo peor sucedía.
No podemos obviamente invalidar lo trágico y sin duda debía
haber personas entre los más de diez mil pasajeros que tuvieron entes queridos
que perdieron su vida ese día. Pero al ser servidos, su estado de ánimo en
general mejoró, lo que les permitió pasar los días que tuvieron que estar de
una forma más amena y así, tomar decisiones más precisas sobre qué hacer,
después que todo se solucionara.
Mientras más problemas alguien tenga, una sencilla solución
es: sirve, sirve y sirve. Pues servir
es vivir y hay una razón para ello. Cuando sirves a alguien de alguna forma
entregas a esa persona una parte de ti mismo, lo que muestra cuanto tienes
internamente, tus tesoros personales que almacenas en el corazón y en el ser.
Por lo tanto, si estás en alguna situación difícil, al
servir te recuerdas a ti mismo la grandeza que albergas adentro. Si otra
persona está mal y le sirves, tu energía hace que el otro recuerde lo mismo de
sí mismo.
El servicio despierta lo mejor, porque te hace ver la
realidad en una mejor perspectiva.
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