Como manejar las expectativas hacia otros

Esperar algo de alguien: probablemente el más peligroso juego en las relaciones humanas, en la política y en cualquier aspecto donde no hay certidumbre con relación al resultado. Pero es inevitable.

En términos prácticos, siempre que nos enfrentamos con la incerteza, imaginamos algo que puede ser el resultado y eso se convierte en una expectativa.

No todas las expectativas son negativas; si sabes equilibrar la expectativa con desapego y aprecio al otro, podrás convertirlas en algo positivo y estimulador, algo que engrandece el otro.

Pero cuando la expectativa es negativa y genera preocupación y estrés por su no-cumplimiento, es bueno recordar algo importante: NADIE ES OBLIGADO A HACER NADA PARA TI.

OK, si eres un jefe y le pide algo a su empleado, o si eres una madre o padre responsable y le pide algo a su hijo que está dentro de sus obligaciones, eso está bien, pero no podemos llamarlo expectativa, sino deber. Sin embargo, en los tiempos que vivimos, muchas veces las relaciones laborales y familiares van más allá del deber, que es lo que define eso como una expectativa.

Al estar al frente de un grupo de voluntarios por más de veinte años, la enorme conclusión que logro es que cuando entiendo que nadie está obligado a hacer algo para mí, me siento liberado, mi energía de liderazgo está libre para fluir por mí y transformar la realidad. Además, si la persona no cumple algo, no la culpo; manteniendo su responsabilidad en mi mente, busco entender qué pasó y veo si la persona aún está interesada en realizar lo que se necesita y, en tal caso, qué soporte requiere de mí o de otras personas.

Eso me hace vivir una vida con muchas metas y objetivos, pero sin expectativas hacia otros. El efecto en los voluntarios es difícil de medir, pero se ve en una dedicación más allá de lo esperado, una energía que atrae a otras personas, las que serán servidas, y mucho amor…


¡Tú también lo puedes experimentar! La próxima vez que alguien no cumpla con lo que esperabas, conéctate con tu propio ser, recuerda que la persona no es obligada a hacer nada para ti, recuerda sus especialidades y entonces, dialoga con ella.

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