Happy birthday to me…
Hay diversas razones por las cuales las personas hayan leído
Harry Potter, o han acompañado sus historias en otros medios. Para algunos está
la atracción de la magia y la fantasía, mostradas de una forma única por la
autora; para otros, es la posibilidad de autosuperación que está descrita en
esta novela.
Sin embargo, otra razón es que muchos se han identificado
con Harry. Al leer la historia escrita por J.K. Rowling, mentalmente están
leyendo su posible, alternativa y deseable biografía.
Estos pensamientos se dan con razón de este 12 de enero, pues
me llama la atención que en cada cumpleaños de Harry hubo un cambio significativo
en su vida o en su perspectiva. Sucedió desde el primer libro, cuando descubrió
que no era el pobre huérfano abandonado, débil y sin talentos, y sigue hasta el
séptimo cuando rompe la última cadena que lo unía a esa parte de su existencia,
al abandonar la casa donde vivió y sufrío tantos años, concluyendo con la
pérdida final de su infancia, simbolizada por la muerte de su búho, Hedwig, el
primer regalo real de cumpleaños que había recibido.
Me llama la atención porque hoy estoy cumpliendo… dos veces
en el mismo día. El primero se debe a obviamente el día que nací, sin embargo
es el segundo que más impacto ha tenido en mi vida: el día que nací espiritualmente.
Para mí, los últimos 33 cumpleaños han sido extraordinarios.
No sería honesto de mi parte decir que realmente algo cambió en cada uno de
ellos, pero no tengo dudas que mi proceso personal de crecimiento espiritual ha
mostrado un fantástico progreso que reviso a cada año.
Visualizo estos años de vida espiritual como una interesante
escalera, que subí al descubrir que no era el abandonado, débil y sin talento que pensaba que era. Fue aprendiendo
novedosos aspectos sobre mí mismo, mi conexión con los demás y el entorno en el
que vivo.
No solo eso: esos 33 años le dieron aún más valor a los 51
que celebro en el mismo día. Sí, avanzo al primer piso de este inmenso edificio
de los 50. Mientras algunos amigos empiezan a hablar de cómo el cuerpo ya no funciona
tan bien o como es difícil conseguir trabajo, miro a cada piso como una
posibilidad más de mejora, pues para alguien con un enfoque espiritual, el
tiempo ayuda en el proceso de lograr más sabiduría y ser mejor ser humano.
Puedo escoger entre madurez y vejez, productividad y
aislamiento, aprender y quedar recordando viejos tiempos. Puedo escoger en SER
lo que soy o dejarme llevar por el ESTADO que mi edad determine.
Y este es mi mejor regalo de cumpleaños… doble regalo: la posibilidad
de reflexionar y cambiar a partir de esta percepción, sin límites o
restricciones.
Mientras celebro, te invito a prepararte a tu propio
cumpleaños, reflexionando profundo sobre el sentido de tu SER y realizando los
cambios en el punto en que ESTÁS. Así le dará sentido al momento en que la
Tierra recibió a ti como su ilustre habitante.
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