Cambiando sueño en visión, esperanza en acción
A muchas
personas les gusta pensar, soñar, tener esperanza, simplemente sentarse de ojos
cerrados e imaginar un mundo diferente, una vida distinta o el éxito llegando a
su vida. Pero, de estas personas, son pocas las que abren los ojos y se
levantan a hacer algo.
Claro que hay
los que no les gusta soñar o tener esperanza, que solo piensan en acción…
Tú, ¿qué tipo
eres?
Bueno, veamos
lo siguiente:
- Si solo sueñas, encontrarás una vida de satisfacción interna. Sin embargo, porque eso no está alineado con tu realidad, pensamientos inútiles, irritación y stress aparecerán en tu vida de tiempos en tiempos. Además, de otros sentirás que no te quieren, porque lo que las personas mira no son los sueños, sino las acciones.
- Si solo actúas, sin reflexionar o soñar, entonces estarás en constante estrés para probar tu éxito. Eso se debe a que lo que logras afuera no está alineado con lo que sientes, por lo tanto por más que tengas, seguirás buscando algo más y algo más…
¿Qué pasa
cuando sueño y acciones se encuentran?
- Darás más valor a tu parte interior. El sueño, la esperanza, los pensamientos y reflexiones serán la base de tu actuación, así que tus acciones serán proporcionales.
- Tu éxito externo aumentará tu motivación interior. Todo éxito será una forma retroalimentarte y ayudarte a entender qué sabes hacer bien y qué vale la pena realmente realizar.
- Tus fracasos serán algo ¡fantástico! Cada fracaso te indicará nuevos caminos y será una señal para que cambies tu forma de hacer las cosas y probablemente reflexione más.
- Tu satisfacción te hará una persona realmente completa. Estarás contento tanto interna como externamente y la vida tendrá un nuevo significado.
No pares de
soñar – el sueño es tu visión del futuro, es lo que te mueve a ser mejor.
No pares
nunca de tener esperanza – es lo que te acoge en momentos difíciles y te da el
consuelo que necesitas.
Agrega la
acción: convierte lo intangible en una
realidad tangible.
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