El Arte de Amar sin sufrir - Amar es perdonar

Segundo paso: perdonar. Perdón es una forma de amor, es una energía. En realidad, nadie perdona a nadie, igual que nadie ama a nadie. Cuando perdonas a otra persona lo que estás haciendo es sanarte a ti mismo, estás limpiando tu propia existencia, mientras el otro sigue con su propia vida. Claro, hay una energía espiritual que sirve a la otra persona, pero para ti, si el perdón fue 100%, el 80% o más es beneficio personal.

¿Por qué necesitas perdonar profundamente lo que pasó en tu vida? Porque el amor que tienes trata de salir, pero hay barreras que impiden que fluya. Es bellísimo cuando alguien empieza a amar, o sea, a dejar fluir el amor, pues ¡cuántas cosas puede hacer! Es sorprendente: una persona puede transformar un país entero o traer paz al planeta entero a partir de esa fuerza del amor. Pero tenemos barreras que impiden esto, el dique que no deja el agua del amor salir. Algunas de esas barreras son los rencores, las tristezas, el sufrimiento y los abusos que hemos experimentado.

Si me lastimo la mano, hay médicos que la curan, pero si me lastimo el corazón, no puedo arreglar eso de la misma forma. A veces ni las palabras ni los abrazos de otros, ni siquiera un nuevo “amor” que aparezca en tu vida puede sanar eso, porque es muy profundo. La única sanación viene de tu perdón, y perdonar es una experiencia que no es tan sencilla.

En Brasil decimos “amar es humano, perdonar es divino” lo que hace que muchos digan que es imposible perdonar, pero por lo menos debemos intentarlo. Podemos dialogar con esa persona sino directamente, en nuestra mente buscando entender que lo que pasó está bien, después de todo estamos vivos, y podemos reconstruir.

Leí una historia de perdón fantástica, que no se refiere a ese amor carnal sino al amor filial. Se trata del amor de un hijo por sus padres que habían sido parte de campos de concentración en Alemania. Él había sido criado por dos personas muy lastimadas y ese muchacho, en su inocencia y con la sabiduría que los niños tienen, trataba de proteger a su mamá. Por ejemplo cuando había películas sobre nazis, una vez la encontró mirando la televisión y se paró entre la mamá y el equipo, hasta que ella dejara de mirar y se fuera. El título del artículo escrito por esa persona era: Hoy compré un carro alemán. Él fue educado en E.E.U.U. con padres tan heridos que nunca fue capaz de tocar nada que fuera alemán, a pesar de que sus padres eran de esa nacionalidad.

Es como la experiencia de que un día vayas a una fiesta con la persona con quien tuviste un problema o que un día ayudas a esa misma persona. Eso es perdón y las relaciones humanas no son bidimensionales, son multidimensionales.

Hoy puedes perder una pareja, pero ¿vas también a perder un amigo? Si esa persona te conoce tan bien, tienes ahí un amigo, no lo tienes que perder. Tengo muchos amigos que se separaron de sus parejas y hoy en día las ex parejas son sus mejores amigos con quienes pueden conversar cuando necesitan. Cuando hay ese perdón profundo que surge desde tu corazón, mucho puede pasar, pero lo más importante es que cuando perdonas, rompes ese dique, abres y dejas fluir el agua del amor


Hay que perdonar a mucha gente y debemos hacerlo, de lo contrario, el viaje no sigue. Ahí nos quedamos y muchas personas se quedan años en esa segunda etapa del viaje hacia el amor verdadero.

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Parte de la serie: EL ARTE DE AMAR SIN SUFRIR

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