El Arte de Amar sin sufrir - Amar es conocer

Lo primero que tengo que hacer es comprender con conocimiento. El conocimiento despierta algo dentro de mí y si entiendo que el amor ya está dentro de mí ¿qué dice entonces el sentido común? Si el amor ya está dentro de mí, ya es parte de mí, además de no necesitar amor de fuera, el que tengo dentro de mí ya tiene fuerza suficiente para alimentarme y realmente resolver todas las situaciones donde lo necesite. Entonces, ¿para qué sirve el amor exterior?

La palabra clave es armonía. Específicamente en el caso del amor, éste armoniza con la paz. Eso nos brinda una experiencia humana única que no es solamente interior.

¿Qué diferencia hay entre paz y amor? El amor hace todo lo contrario de la paz. Mientras la paz tranquiliza, te vuelve hacia dentro y te serena, el amor realiza lo opuesto: te hace mover hacia afuera. Son como lago y océano, donde el lago es la paz y el océano es el amor. Necesitamos ambos.

Para el ser humano, dejan de ser opuestos y se vuelven complementarios porque todos sabemos y queremos que la armonía sea parte de nuestra vida. Es la esencia del equilibrio, la esencia del bienestar, la esencia de llegar al final de la noche y decir “¡qué día bueno!”, y no llegar al final de la noche y sufrir.

Tu amor interior se manifiesta de tal manera que te lleva a una armonía interna y externa. Afuera nos retroalimentamos y generamos un espacio para vivir.

Hay muchos ejemplos de amor en el mundo: la madre Teresa de Calcuta, Nelson Mandela, mamás o papás que un día trabajaron toda la noche para darles ese regalito de navidad que ustedes querían. Eso es el amor exterior y es lo que te provoca moverte, reflejo de lo interno.

Es tan poderoso que vimos el ejemplo en una escuela en los Estados Unidos donde los niños estaban siendo masacrados y sus profesores, sin pensarlo, se pusieron delante de las balas para proteger a personas con quienes no tenían ningún parentesco. Eran seres humanos que dejaron que ese amor desbordara en un momento de necesidad, sin pensarlo.

¿Quieren otro ejemplo? Dos hombres que murieron ahogados tratando de salvar a un niño que se estaba ahogando, quien no estaba relacionado con ellos. En circunstancias normales, si alguien pasa por una situación difícil, inmediatamente trataríamos de ayudar. Eso es el amor, el más real, que hace parte de mí como ser, es esa energía que quiere salir desesperadamente.

Pero hoy en día, el amor para nosotros se ha vuelto que me den un abracito, me digan buenos días, me regalen un IPod, y si me dan algo menos que eso significa que la persona me ama menos. El amor se volvió una mercancía de intercambio y lo mismo sucede con su pareja, la paz, que negociamos.

A veces intercambiamos estas poderosas cualidades con cosas o palabras y, esa es la mayor razón por la que sufrimos ya que esperamos de otros algo que ellos muchas veces no pueden hacer o darnos. Esperamos que los demás nos amen cuando el amor es una fuerza que nace desde adentro hacia afuera – cuando toca a otra persona, es en ese momento que el amor de él o ella despierta. En otras palabras, ninguno de nosotros podemos realmente amar a alguien; es al amarnos que la reciprocidad funciona naturalmente. Al tener amor real profundo por el propio ser, se llegará al punto en que se pueda amar a todos indistintamente, cuando nos daremos cuenta de que ya no sufrimos más.

Si en algún momento pensaste que sufriste porque amaste demasiado, te tengo una mala noticia: no amaste. Lo que sentiste fue una ilusión mental, fue algo que te hechizó por unos momentos. Alguien dijo que ese tipo de pasión es insana, incluso científicamente demuestran que una persona demasiado apasionada es igual que una persona que perdió la sanidad mental por un tiempo; los síntomas son iguales y si vamos al tipo de amor que muchas personas consideran hoy, que es la lujuria en su extremo, tiene los mismos efectos físicos que la ira en extremo pues un asesino que está por matar a una persona está teniendo la misma experiencia que una persona en un evento de lujuria extrema. Por eso ambas cosas están conectadas y la gente más violenta suele tener también mucha lujuria. La mayor parte de los crímenes, ¿qué son? Pasionales.

Tenemos que usar el conocimiento para conversar con el propio ser y convencernos de qué es realmente el amor. Así podemos explorar este nuevo campo, sin esperar volvernos madre Teresa de Calcuta de la noche a la mañana. Sí podemos esperar un proceso donde empiezo a amarme cada vez más y más, y más, y desde ahí, a los demás

El amor es una fuerza que va hacia fuera. Mientras más me amo, más de esa energía sale, quiero dedicar más tiempo a los demás, quiero amar más a los demás. Esa es la gran ironía: cuando dejo de querer amar a los demás, paso a amarlos mucho.

¿Cómo hacer? Si realmente queremos dejar de sufrir y no ver el horóscopo para ver qué va a pasar en el día, además de entender y de conocer, necesito emprender un viaje hacia el autodescubrimiento. Un viaje relacionado con ese amor.

El amor hace sufrir mucho, y en cinco años se sufrirá mucho más debido a las expectativas. Éstas hacen que sea imposible a un ser humano cumplir lo que el otro desea. Eso pasa entre parejas, padres e hijos, el distanciamiento entre generaciones, el amor entre amigos, que es la confianza profunda y tierna.

Estamos hablando que el amor en las relaciones humanas se está acabando cada vez más rápidamente, generando un mayor nivel de sufrimiento. Eso significa que vamos a tratar de canalizar eso en más objetos materiales, más horas en internet y más redes sociales. Trataremos de experimentar el amor de mi vida sin salir de casa, tomando un café y sin tener problemas como el otro que no me entiende, me exige y me quiere controlar.

Si en cinco años más no quieren estar sufriendo cinco veces más de lo que están sufriendo hoy, sino todo lo contrario, estar experimentando esa armonía que debe venir del amor, sugiero un camino muy sencillo: empieza con comprender, conversar con uno mismo y dialogar con el propio ser; entender que esa persona que te traicionó, te abandonó, que no hizo lo que querías, nunca, nunca podría amarte. Lo único que pudo hacer su amor era despertar en ti, tu propio amor.


El amor viene desde mi propio ser, viene desde mi propia existencia, desde lo más profundo de lo que soy. Amarse es un trabajo, es un viaje muy lindo que te lleva por paisajes internos muy hermosos de reflexión, pero comienza desde el conocimiento.

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Parte de la serie: EL ARTE DE AMAR SIN SUFRIR

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