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Mostrando las entradas de noviembre, 2013

Como prosperar sin codicia

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No es difícil ver que muchas de las crisis económicas nacen a partir de la codicia. Y no de unos pocos... Codicia y ambición han sido motores para el desarrollo del mundo desde hace mucho tiempo, solo que en las últimas décadas, el desarrollo fue quedando a un lado y el interés personal y de pequeños grupos pasó a ser más importante. Las consecuencias son que a pesar del mundo ya poder eliminar la pobreza, no logramos hacerlo. Hay algo que nos impide de realmente ir más allá de querer y querer, más y más, y experimentar la verdadera satisfacción, la que nunca deja de existir en el ser. Como respuesta, libros han sido escritos, proclamando las bondades de renunciar todo, eliminar todo lo que tienes, vender tu "Ferrari" y vivir una vida auténtica, sin límites y sin deseos, disfrutando lo que la vida te dé. Pero, mientras no se domine la codicia, eso no será posible. Eventualmente, el que renunció todo, eliminó todo lo que tenía y vendió su "Ferrari", termina rec

Espiritualidad en situaciones nada espirituales

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Teilhard de Chardin dijo una frase que ha sido la base de la espiritualidad en estas últimas décadas de despertar de la conciencia: No soy un ser humano teniendo una experiencia espiritual, sino un ser espiritual teniendo una experiencia humana. Esta frase tiene muchas implicaciones, entre ellas la más obvia: ser espiritual no es aislarse, sino permitirse experimentar lo material. Esto significa que la espiritualidad como muchos la hemos entendido, de monjes en montañas distantes, no es lo que realmente debería ser una vida espiritual. En realidad, ser espiritual es mucho más valioso y se siente más cuando estamos en contacto con situaciones nada espirituales. Es cuando debemos tomar las decisiones diarias que la espiritualidad es probada todos los días. Para poder vivir en esta paradoja eterna, donde espíritu y materia parecen luchar una batalla que no se termina, cada religión o camino espiritual ha dedicado gran parte de sus enseñanzas a establecer algunos principios básico

Manejo de la Ira

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¿Cuándo fue la última vez que te enojaste? ¿Ayer? ¿Hace un año? Tal vez, hoy en la mañana al ver que tu camisa favorita no estaba planchada o bien cuando notaste que el vecino destruyó lo que tú hiciste en el parque... Hay la ira que provoca la guerra o el asesinato; hay la "ira justa", donde personas matan a alguien que mató a alguien; hay la "ira religiosa", donde la gente defiende su religión o ataca a otra... Además, la ira tiene varios hijos como la irritación. Entonces, ¿cuándo fue la última vez que te enojaste? Un amigo mío dice que un porcentaje muy pequeño de la población humana ha matado a alguien, pero en la cabeza de las personas o mirando cuánto se invierte en películas, juegos, libros y telenovelas donde el asesinato de alguien es aplaudido, la situación es otra. Y el asesinato en la mente, o la aprobación de muerte en una novela se plasma en ciertos comportamientos humanos que terminan destruyendo la sociedad, como la irritación a una pregunta

La prosperidad de una nación

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Como seres humanos, somos seres sociales. Así como la familia es la célula básica de cualquier sociedad, la nación suele ser el cuerpo máximo de esta. Pero, no olvidemos el átomo que compone la nación y la familia: el individuo. Y la realidad es que la prosperidad de una nación depende de la experiencia de prosperidad de las personas. Prosperidad es un importante factor de estabilización humana. Para los que hemos experimentado momentos, días, meses o años de carencia, es claro cómo esto afecta no solamente la sensación financiera de posesiones y el hecho de que no podrás cambiar tu celular que ya no funciona... afecta también la autoestima, la salud, las relaciones e incluso el progreso espiritual. En mi experiencia de décadas trabajando la espiritualidad en América Latina he observado como al tener la percepción de su prosperidad personal, la persona puede superar muchos obstáculos; y, al contrario, al pensar en sí mismo como alguien que no es próspero, los obstáculos parecen aumen