Trabajar con otros, un reto espiritual
No hay duda que una de las fuentes de estrés es la necesidad de trabajar con otra persona.
El ser humano es social, no hay duda, pero no es naturalmente coequipero. En realidad, si llevas a 5 niños de 4 años que vienen de familias distintas, y los pones a jugar un mismo juego, no tardará para que haya problemas...
Cinco años, 20 o 50 años, no importa la edad no estamos hechos para trabajar con otros. Eso ha estimulado el uso ilimitado de capacitación y los consultores agradecemos el privilegio de ayudar a las compañías, brindándoles herramientas, consciencia o fórmulas para que trabajen juntos y rindan el máximo de su productividad. Después de todo, en un equipo, la productividad colectiva tiende a ser igual a la del menor productor.
Pero, hay una dimensión que no es tan explorada en las organizaciones, que es la espiritual. En realidad, es uno de los beneficios que viene con la práctica espiritual: eres capaz de armonizarse más con otros.
La armonía no es tanto un estado de bienaventuranza como de ausencia de conflictos, lo que se da a través de soluciones creativas fáciles. Aplicar la espiritualidad en el arte de trabajar en equipo significa:
La consecuencia es un trabajo de equipo natural y placentero, lleno de retos, con garantía a un increíble crecimiento personal.
El ser humano es social, no hay duda, pero no es naturalmente coequipero. En realidad, si llevas a 5 niños de 4 años que vienen de familias distintas, y los pones a jugar un mismo juego, no tardará para que haya problemas...
Cinco años, 20 o 50 años, no importa la edad no estamos hechos para trabajar con otros. Eso ha estimulado el uso ilimitado de capacitación y los consultores agradecemos el privilegio de ayudar a las compañías, brindándoles herramientas, consciencia o fórmulas para que trabajen juntos y rindan el máximo de su productividad. Después de todo, en un equipo, la productividad colectiva tiende a ser igual a la del menor productor.
Pero, hay una dimensión que no es tan explorada en las organizaciones, que es la espiritual. En realidad, es uno de los beneficios que viene con la práctica espiritual: eres capaz de armonizarse más con otros.
La armonía no es tanto un estado de bienaventuranza como de ausencia de conflictos, lo que se da a través de soluciones creativas fáciles. Aplicar la espiritualidad en el arte de trabajar en equipo significa:
- Valorar tus valores. El reconocimiento de los valores personales reales, es decir, los que son vividos, ayuda a convivir con otros a partir de los valores que ellos viven. Requiere reflexión y mucha honestidad para admitir qué valores el individuo realmente está viviendo.
- Respetar desde al autorrespeto. Cuando una persona vive un proceso espiritual, aprende a naturalmente respetarse con relación al ritmo que lleva y los potenciales que tiene. Este autorrespeto, que hace que naturalmente se respete a otros, viene de la comprensión ilimitada de SER, más allá del HACER, TENER o ESTAR.
- Diálogar. La espiritualidad viabiliza la práctica del diálogo, en contraste con las discusiones. Diálogo es trabajar en un tema, enriqueciéndolo naturalmente hasta que llegue a una conclusión, y es vital en la resolución fácil de conflictos.
La consecuencia es un trabajo de equipo natural y placentero, lleno de retos, con garantía a un increíble crecimiento personal.
Comentarios