No te ofendas...

Hace unos años, una amiga vino con una idea increíble: Elige la calma. Es sencillo: delante de los problemas que te quitan la paz y te hacen enojarte, tienes el poder de elegir lo que realmente quieres hacer.

Aplicando la misma regla a la ofensa, el insulto o la calumnia... Tú tienes la opción de elegir qué camino seguir cuando algo así sucede. No puedes evitar lo que los demás vayan a creer, pero tienes total control sobre tus reacciones.

Hace muchos años aprendí de una profesora de meditación con mucha experiencia que cuando alguien dice algo que te lastima, es bueno escucharlo; trata esa persona como tu mejor amigo, pues a través de su observación, puedes mejorar mucho más que normalmente lo harías.

Al escuchar lo que dice el otro, busca en tu corazón hasta qué punto es verdadero lo que dice el otro. Por lo general, comentarios duros y negativos no son 100% verdaderos, pero siempre hay algo y lo que buscas es la verdad. Ahí, escondido en medio de la basura, hay un diamante que te abrirá la puerta a la realización personal y te permitirá ser mucho más de lo que eres hoy.

Lo restante - la basura que quede del comentario - tómalo con misericordia, con amor y compasión en el corazón. Todos somos seres humanos y todos hemos difamado a otra persona; esa basura refleja, como bien sabes, la negatividad que la persona tiene en su corazón. Ten buenos deseos para que ella se haga libre de eso.
Aung San Suu Kyi es una de las líderes modernas
que muestra cómo ir más allá de insultos

Entonces, como que por magia, te verás sonriendo y aceptando al otro, abrazando tu mejor amigo escondido detrás de un insulto...









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