Viviendo entre lobos
Imagina que estás viviendo entre lobos... Da miedo, ¿verdad? Depende.
La primera posibilidad es que tú mism@ seas un@ lob@: sigues
las reglas, cazas para vivir y trabajas en estrecha cooperación con los demás.
El problema es cuando te encuentras con otra manada y se produce una batalla.
La segunda posibilidad es que seas un@ corder@ y, lo siento,
¡pero ya estás muert@! Tal vez te retengan por un tiempo, pero uno de estos
días, tu vida terminará y estarás alimentando a estos lobos hambrientos.
La última opción que veo en mi mente es que eres un
humano...
En la primera posibilidad, es posible que ni siquiera te des
cuenta de que eres es@ lob@. La violencia, la ira y las amenazas constantes
forman parte de tu vida y cooperación es una palabra tribal para ti, no
funciona para los que son extraños. El crecimiento será limitado y tu vida
estará restringida por lo que la sociedad, la tradición o la cultura te digan
que seas.
Por supuesto, eso es mucho mejor que ser un cordero – esa
persona que no quiere cumplir con las reglas, con el funcionamiento de la
sociedad, pero tampoco tiene el poder suficiente para enfrentarlo.
Eventualmente, la vida terminará: o resucitarás como un lobo o serás
solo la piel de una persona, apenas viviendo.
Pero ¿qué pasa con un ser humano?
Puedes luchar contra ellos, pero si estás VIVIENDO CON
ELLOS, ¿cómo puedes batallar contra ellos por décadas?
Tal vez puedas evitarlos... Podrías construir una reja y
así, no se les permite acercarse demasiado a ti. Pero, sin darte cuenta, eres
tú el@ prisioner@, no los lobos; después de todo esto es SU mundo.
Puedes intentar imitarlos, pero, bueno, un día se darán
cuenta y estarás en peligro.
Puedes intentar domesticarlos. Sin embargo, no es tan fácil, gastarás mucha energía y terminarás con perros falsos en lugar de lobos poderosos.
La mejor solución: debes aprender a vivir con ellos.
Son seres tan diferentes a ti y, sin embargo, tienen muchas similitudes en lo
negativo (violencia, dificultades para adaptarse a otra persona o grupo) y
positivo (cooperación, las normas).
Si eres consciente de que estás rodead@ de lobos, no tengas
miedo; en cambio, comienza a observarlos y comunícate de una manera muy
asertiva. Busca las cosas bonitas (cooperación, por ejemplo) y trabaja desde
esa perspectiva. No niegues quién eres, pero concéntrate en encontrar una
solución a largo plazo para su coexistencia.
Y un día, puede que sonrías al ver a las hermosas personas
con las que tienes el honor de vivir.
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