¡Libertad!
No sé bien cuando empecé a buscar por libertad, pero fue muy temprano. Claro, al comienzo era solo rebeldía – mucha cara fea, poca acción. Con el tiempo, me fui dando cuenta de algo… algo asustador… y fascinante al mismo tiempo… La libertad solo depende de mí. Si te dijeron otras cosas, y crees en eso, ten en cuenta que a mi punto de vista se suma una perspectiva espiritual. Al menos pruébalo. Sé que a veces es más cómodo pensar que no me siento libre por causa de fulano o sultana, el gobierno o mi jefe… Pero te cuento algo: un día rompí las cadenas que me esclavizaban y me sentí muy feliz por tamaño coraje, hasta que tuve que admitir que si bien me sentía libre, mis problemas seguían acompañándome. ¿No es eso que queremos al ser libres: liberarnos de los problemas? Y ahí estaba yo, libre como un pajarito, pero tan enjaulado como antes. Tal vez la libertad no sea una cuestión de ya no tener que arreglar la cama, informar a tu pareja DONDE ESTUVISTE HASTA TARDE o