¡Libertad!
No sé bien cuando empecé a buscar por
libertad, pero fue muy temprano. Claro, al comienzo era solo rebeldía – mucha
cara fea, poca acción. Con el tiempo, me fui dando cuenta de algo… algo
asustador… y fascinante al mismo tiempo…
La
libertad solo depende de mí.
Si te dijeron otras cosas, y crees en eso,
ten en cuenta que a mi punto de vista se suma una perspectiva espiritual. Al
menos pruébalo.
Sé que a veces es más cómodo pensar que no
me siento libre por causa de fulano o sultana, el gobierno o mi jefe… Pero te
cuento algo: un día rompí las cadenas que me esclavizaban y me sentí muy feliz
por tamaño coraje, hasta que tuve que admitir que si bien me sentía libre, mis
problemas seguían acompañándome.
¿No es eso que queremos al ser libres:
liberarnos de los problemas? Y ahí estaba yo, libre como un pajarito, pero tan
enjaulado como antes.
Tal vez la libertad no sea una cuestión de
ya no tener que arreglar la cama, informar a tu pareja DONDE ESTUVISTE HASTA
TARDE o sentirte obligad@ a presentar un tonto informe a una cierta jefa…
Tal vez la libertad esté más bien en tu
actitud, en tu mirada a la vida y la forma cómo manejas la existencia.
Tal vez la libertad existe en tender la
cama todos los días solo para ver la sonrisa de otra persona.
Tal vez la libertad aparece cuando tú le
dices a tu pareja porque llegaste tarde no porque te pregunta, sino debido al
amor que le tienes.
Tal vez la libertad surge en tu ser al
presentar apreciar el trabajo de otra persona, por lo que es la persona, y
realizar el trabajo que te pide por eso.
Tal vez la libertad está en un cambio
interno, no externo.
Pruébalo, sé que volarás muy alto.
Comentarios