Días en Santa Teresa
Si insistes en clasificar
Mi comportamiento de antimusical
Yo mismo mintiendo debo argumentar
Que esto es bossa nova, que es muy natural…
…tan natural como mi vida.
Mira, ha habido muchas canciones y estilos, pero las músicas
de Bossa nova representan Brasil para
mí. Siendo bien honesto y a pesar de ser 100% paulistano, hijo de padres bien
paulistanos, con abuelo materno paulistano, confieso que bossa nova es Rio. Solo no le digan al restante de mi muy paulistana familia.
Una canción de bossa nova
suena como Rio de Janeiro, donde viví algunos meses. Recuerdo que mientras
caminaba por sus calles de piedra, árboles e innumerables pajaritos, iba
pensando en mi situación, caminaba desafinado como en la vieja canción…
Sin duda, estaba viviendo en uno de los sitios más bonitos
que jamás conocería. Privilegiado entre todos los privilegios de la gente de la
ciudad maravillosa, desde el barrio de Santa Teresa mucho se podía ver en
términos de paisaje, gente y lugares.
Pero tan enfrascado estaba este muy joven paulistano que lo
único que veía era la polución de sus propios pensamientos e ideas.
Tal vez si yo hubiese mirado un poco más el verde, pájaros
multicolores, la gente que se ríe naturalmente y la arquitectura fascinante; si
hubiese viajado un poco más de bondinho…
La verdad es que en el futuro, que es mi presente, el tal vez pasado se convertiría en memorias que nunca tuve.
Si bien que para mucha gente Rio es del Pão de Açúcar y Cristo
Redentor, para mí en aquel tiempo fue un cruce de vida, fue escapar de mi
casa y buscar ser un nuevo Marcelo, y fallar en el intento.
Todavía recuerdo la tarde llegando y yo, flaco y angustiado,
caminando por las calles de Santa Teresa, porque el bondinho no funcionó ese día, o bien no quise tomarlo. Trataba de encontrar
una respuesta a las circunstancias que vivía y trataba de darle forma a mi
decisión, horrible, de regresar a casa. Me sentía como el director técnico de
un equipo de fútbol, tratando de alentarlo después de una increíble derrota,
sin mucho éxito.
Si insistes en clasificar
¿Qué falló? Hasta hoy no sé bien, pero recuerdo aquel día
cuando llegué a la casa donde estaba hospedado, para anunciar que me iba. La
dueña de este bello apartamento, una simpática señora, lloraba, lo que
paradójicamente me dio cierto consuelo; al menos alguien me quiso en ese
tiempo.
Mi comportamiento de antimusical
Mis despedidas no fueron como las de novela, que siempre
tienen una canción triste de fondo. En realidad, no hubo canción y creo que
incluso los pajaritos estaban quietos. El silencio de ese adiós, lo escuché
muchos días después.
Yo mismo mintiendo debo argumentar
Pero, sin importar lo que viví y mi llegada a la casa de mi familia
– ¿cómo llegué allá? no logro recordar – no puedo negar la valiosa experiencia
que viví y su impacto en mi vida en general. ¿Valió la pena? Hoy digo que sí y
sin duda discutiría con el flaquísimo Marcelo de estos tristes días que un día
todo iba a mejorar.
Que esto es bossa nova, que es muy natural…
Porque la vida se hace de caminos de piedra, árboles y
pajaritos, decisiones desafinadas,
fugas y retornos. La vida es como Santa Teresa con sus cerros, su bondinho que es grátis si viajas de pie,
el calor intenso refrescado por una brisa constante, el fracaso que me llevó de
cierta manera al éxito presente.
Si pudiera cantar, bien desafinadamente, me encantaría
decirte, Santa Teresa, que SÍ, ¡VALIÓ LA
PENA!
* Artículo escrito
para un concurso de cuentos. La referencia viene de la canción de bossa nova Desafinado, de João
Gilberto.
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