Desarrollando la espiritualidad en un mundo no-espiritual
Remar contra la corriente suele ser un excelente ejercicio,
pero imagina hacerlo todos los días de tu vida…
Considerando esto una metáfora, hay muchas personas que lo
hacen: vegetarianos, minorías étnicas, religiosas o sociales, personas que
piensan distinto y, claro, gente espiritual.
No es difícil comprender que este es un reino material, un
mundo que gira constantemente alrededor de cosas y objetos; incluso las
personas son objeitificadas y su
valor depende de su cara, cuerpo o voz.
Varias personas se sienten cómodas en este reino, tienen éxito
y son felices, pero no ha sido mi caso… Así que hace unas cuatro décadas tomé
la decisión de trabajar en mi propia espiritualidad.
Eso no ha significado que no voy a tener objetos o no voy a
tener en cuenta aspectos físicos de alguien; solo que no sirven para que tome
decisiones y funcione en la vida.
Mis prioridades son la paz, amor, felicidad, pureza y fuerza
interna, tanto mías como las de los demás; si algo no lleva a eso, ¿por qué
hacerlo? Busco entonces alternativas y normalmente las hay.
Ser espiritual en un mundo tan material es como una
revolución incógnita no-violenta que trata de romper esquemas y paradigmas, y
celebra las pequeñas victorias como la fuerza presente del veganismo o el
rechazo mundial ante la crueldad animal. Todos los días me relaciono y trabajo
en este mismo mundo, verificando que mi consciencia no se deje llevar por esa
gigantesca atmósfera que se ha generado en el mundo y gentilmente, aportando a
la creación de una nueva sociedad.
¿Ya eres parte de esta revolución?
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